En una medida que ha generado gran controversia, numerosas micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES) en Cuba han decidido cerrar sus puertas. Este movimiento se produce como respuesta a la amenaza del gobierno de imponer topes a los precios de los productos básicos, una política destinada a combatir la inflación pero que podría tener efectos adversos en el sector privado.
Según reportan desde la isla, el gobierno cubano, liderado por Miguel Díaz-Canel, ha anunciado un paquete de medidas económicas con el objetivo de «corregir distorsiones y reimpulsar la economía». Entre estas medidas, destaca la implementación de precios máximos para productos de primera necesidad, incluidos aquellos comercializados por las MIPYMES. El presidente Díaz-Canel ha defendido estas acciones afirmando que, aunque los precios seguirán siendo elevados debido a problemas estructurales, no se permitirá que sean abusivos o especulativos.
Esta decisión ha sido recibida con reacciones mixtas entre la población cubana y los empresarios. Por un lado, algunos ciudadanos aplauden la medida, argumentando que los precios impuestos por muchas MIPYMES eran excesivos y contribuían al aumento desmedido del dólar en el mercado negro. «Es necesario que el gobierno intervenga para que los precios no se disparen y afecten aún más a los cubanos de a pie», comentó un residente de La Habana.
En contraste, numerosos dueños de MIPYMES han expresado su preocupación y descontento, señalando que la imposición de precios topados podría llevarlos a la quiebra. «Las multas y el acoso de los inspectores estatales nos están obligando a cerrar nuestros negocios», afirmó un vendedor de viandas de Ciego de Ávila, quien prefirió mantenerse en el anonimato. Otros empresarios argumentan que estas regulaciones desalientan la producción y el emprendimiento, factores esenciales para la recuperación económica del país.
Los economistas también se muestran divididos sobre el impacto de estas medidas. Algunos, como Orlando Freire Santana, destacan la ineficiencia de la economía estatal y abogan por la eliminación de trabas al sector privado para fomentar la productividad y la oferta de bienes y servicios. Sin embargo, otros consideran que sin un control efectivo, los precios seguirán aumentando, agravando la situación económica.
En las redes sociales, las opiniones están polarizadas. Un usuario comentó: «Es injusto que cierren negocios que traen productos necesarios para la población, aunque sean más caros. Mejor eso que no tener nada». Mientras tanto, otro usuario replicó: «Es necesario regular para que no se aprovechen de la necesidad del pueblo. Los precios en algunos lugares eran simplemente inalcanzables».