El líder de Corea del Norte, Kim Jong-Un, presuntamente ordenó la ejecución de 30 altos funcionarios de su régimen, en respuesta a la supuesta ineficiencia en la gestión de las graves inundaciones y deslizamientos de tierra que golpearon al país durante el verano. Estas catástrofes naturales habrían provocado alrededor de 4,000 muertes, según reportes internacionales, lo que habría desencadenado la severa decisión del mandatario.
Fuentes extranjeras, que han monitoreado la situación desde fuera del país debido al fuerte control informativo que ejerce el gobierno norcoreano, indican que la medida se tomó tras las fallas percibidas en las acciones preventivas y de respuesta ante las devastadoras lluvias. Estas inundaciones afectaron gravemente tanto a zonas rurales como urbanas de Corea del Norte, causando daños significativos a la infraestructura y al sustento de miles de familias. Los funcionarios ejecutados habrían sido responsabilizados por no implementar adecuadamente las medidas necesarias para mitigar el impacto del desastre natural.
El régimen de Kim Jong-Un es conocido por su opacidad y control absoluto sobre la información que sale al exterior. Hasta el momento, no ha habido confirmación oficial sobre estas ejecuciones por parte del gobierno norcoreano, pero diversos medios internacionales han destacado la posibilidad de que se haya llevado a cabo esta represalia interna. Las autoridades norcoreanas mantienen un estricto silencio sobre los detalles de las inundaciones, así como sobre la magnitud de las pérdidas humanas y materiales, aunque imágenes satelitales y testimonios de desertores han permitido esbozar la gravedad de la situación.
Las políticas del régimen de Kim Jong-Un han sido objeto de críticas internacionales en múltiples ocasiones, especialmente debido a la forma extrema en que maneja los errores o fracasos dentro de su administración. A lo largo de su mandato, Kim ha sido acusado de ordenar la eliminación de varios altos cargos, incluso algunos cercanos a su círculo de confianza, en casos de descontento con su desempeño o ante situaciones de crisis.
Este último informe se suma a la ya larga lista de acciones severas tomadas por el líder norcoreano para mantener el control y la disciplina en el aparato gubernamental. La falta de preparación para afrontar las inundaciones y la incapacidad para proteger a la población de los desastres naturales parecen haber sido factores determinantes en la drástica medida que, según reportes, ha tomado el mandatario.
La situación en Corea del Norte sigue siendo de alta preocupación internacional, no solo por las pérdidas humanas provocadas por las recientes inundaciones, sino también por la respuesta extrema del régimen hacia aquellos a quienes considera responsables.
(Fuente: Infobae)