El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, confirmó este lunes su intención de dimitir como líder del Partido Liberal y del gobierno, una vez que su formación política designe a un sucesor. Trudeau, quien ha liderado el Partido Liberal durante 11 años y ha ocupado la jefatura del gobierno por nueve, aseguró que continuará en el cargo hasta que se complete la transición, un proceso que podría extenderse durante las próximas semanas o meses.
El anuncio, realizado desde Ottawa, refleja el desgaste político de un líder que, aunque en su momento representó una renovación para el liberalismo canadiense, enfrenta ahora una caída en el apoyo tanto dentro de su partido como entre los ciudadanos. «Es hora de un reinicio. Este Parlamento ha estado paralizado durante meses, y creo que mi retirada puede ayudar a rebajar la polarización y facilitar un nuevo comienzo», señaló Trudeau, quien agregó que su decisión responde a lo que considera mejor para el futuro de Canadá.
Una sucesión en marcha y desafíos internos
Para facilitar la elección de su sucesor, Trudeau solicitó una pausa en las sesiones parlamentarias, lo que fue aprobado por la gobernadora general, Mary Simon. El Parlamento permanecerá cerrado hasta el 24 de marzo, permitiendo que el Partido Liberal organice un proceso interno que garantice la continuidad del gobierno. Sin embargo, con una mayoría parlamentaria frágil y una moción de censura anunciada por los conservadores para cuando el Parlamento retome sus sesiones, el futuro del ejecutivo liberal es incierto.
En el plano interno, el Partido Liberal enfrenta una profunda crisis de liderazgo. La salida de figuras clave, como la ministra de Finanzas Chrystia Freeland, y una caída en la intención de voto, que según encuestas se sitúa en un 16%, han dejado a la formación en una posición vulnerable frente al Partido Conservador liderado por Pierre Poilievre.
Factores externos y tensiones con Estados Unidos
El entorno internacional también ha jugado un papel en la decisión de Trudeau. Las tensiones comerciales con Estados Unidos, agravadas por las amenazas de Donald Trump de imponer aranceles a todas las importaciones canadienses, han contribuido a un deterioro de la situación económica y a un aumento de la inflación, factores que han erosionado la popularidad del gobierno liberal.
Trump, fiel a su estilo provocador, respondió al anuncio de Trudeau sugiriendo en su red social que Canadá debería convertirse en el estado 51 de Estados Unidos. Argumentó que de esta forma los canadienses podrían beneficiarse de impuestos más bajos y evitar los aranceles del 25% propuestos.
El legado de Trudeau y el futuro del liberalismo canadiense
Trudeau deja un legado marcado por el regreso al poder del Partido Liberal en 2015 tras años de derrotas, pero también por un desgaste político que ha debilitado la posición del partido frente a la oposición conservadora. Hijo del ex primer ministro Pierre Elliot Trudeau, Justin comenzó su carrera política en 2008 y lideró a los liberales a tres victorias consecutivas, aunque la última, en 2021, marcó el inicio de un mandato minoritario que ha estado plagado de desafíos.
El próximo líder liberal enfrentará la tarea de unificar a un partido dividido y recuperar el respaldo popular antes de las elecciones generales previstas para octubre. Entre los posibles sucesores destacan nombres como Chrystia Freeland y Mark Carney, aunque ninguno cuenta aún con un consenso claro dentro del partido.
Mientras tanto, la oposición conservadora continúa ganando terreno, prometiendo cambios significativos en políticas fiscales, vivienda y seguridad, en un contexto político que se perfila cada vez más competitivo. Con la dimisión de Trudeau, se cierra un capítulo importante en la política canadiense y se abre una nueva etapa llena de interrogantes para el futuro del país.