Israel ha decidido mantener, por el momento, sin embajador su sede diplomática en Madrid, una situación que se prolonga desde mayo de 2024, cuando la entonces representante, Rodica Radian-Gordon, fue llamada a consultas tras el anuncio del reconocimiento del Estado palestino por parte del Gobierno español. Según reporta Europa Press, aunque no se prevé un nombramiento inmediato, las autoridades israelíes no descartan designar a un nuevo embajador en un futuro próximo.
Fuentes diplomáticas consultadas apuntan que la decisión responde, en parte, a la falta de lo que consideran una empatía suficiente del Ejecutivo español frente a las circunstancias que atraviesa Israel desde el ataque del 7 de octubre de 2023, perpetrado por Hamás. Dicho atentado, en el que murieron aproximadamente 1.200 personas y más de 200 fueron secuestradas, ha sido calificado por las autoridades israelíes como el más grave en su historia reciente y ha dejado una profunda huella en la sociedad del país.
La anterior embajadora en España tenía previsto retirarse en julio de 2024, y su sucesor designado, Zvi Vapni, no llegó a asumir el cargo, ya que el Ministerio de Exteriores israelí no autorizó su traslado a Madrid. Posteriormente, Vapni fue nombrado embajador en los Países Bajos. Desde entonces, la delegación diplomática israelí en España permanece operativa bajo la dirección de un encargado de negocios.
Las relaciones bilaterales han atravesado momentos de tensión durante el último año. Uno de los puntos de fricción más recientes fue la cancelación de un contrato para la compra de municiones para la Guardia Civil a una empresa israelí, una decisión que generó críticas por parte del Ministerio de Exteriores de Israel, que acusó al gobierno español de anteponer consideraciones políticas a criterios de seguridad. Esta cancelación avivó las diferencias entre ambos países, ya evidentes tras el reconocimiento español de Palestina.
A pesar de los desencuentros, no se ha producido una ruptura de relaciones diplomáticas entre España e Israel. A diferencia de Irlanda —país que también reconoció al Estado palestino y cuya embajada israelí fue cerrada en diciembre de 2024—, la representación en Madrid continúa activa y mantiene sus funciones habituales. Del mismo modo, la embajada española en Tel Aviv, dirigida por la diplomática Ana Sálomon, sigue operando con normalidad.
En medio de las tensiones, esta semana se produjo un gesto de cooperación que podría interpretarse como un intento de distensión: el ministro de Exteriores israelí contactó con su homólogo español, José Manuel Albares, para solicitar apoyo en la lucha contra los incendios forestales que afectan a los alrededores de Jerusalén. España respondió positivamente con el envío de dos aviones, en una señal de voluntad de colaboración institucional.
Con vistas al futuro, algunos observadores diplomáticos consideran que el 40 aniversario del establecimiento de relaciones bilaterales entre España e Israel, que se celebrará en enero de 2026, podría convertirse en una oportunidad propicia para encauzar nuevamente los vínculos entre ambos países y facilitar el nombramiento de un nuevo embajador. Mientras tanto, ambas partes mantienen abiertas las vías de comunicación, a la espera de un contexto más favorable.