El Ejército israelí ha confirmado haber llevado a cabo un ataque en Beirut, dirigido contra un comandante de Hezbolá, el grupo chií libanés respaldado por Irán. Según las autoridades israelíes, este comandante sería el responsable del reciente atentado en los Altos del Golán ocupados, que resultó en la muerte de 12 niños.
Una explosión se ha registrado en la capital de Líbano, específicamente en una zona controlada por Hezbolá. Este incidente sigue al ataque con cohetes ocurrido el sábado en los Altos del Golán, donde 12 niños murieron mientras jugaban al fútbol. Israel ha culpado directamente a Hezbolá de este ataque, aunque el grupo ha negado rotundamente cualquier implicación.
Este ataque israelí se ha descrito como una «operación selectiva» dirigida específicamente contra el comandante de Hezbolá presuntamente responsable del atentado del sábado. La tensión en la región ha aumentado significativamente, a pesar de los esfuerzos internacionales por reducir la escalada. El ministro de Asuntos Exteriores libanés ha solicitado a Washington que inste a Israel a mostrar moderación.
El gobierno de Estados Unidos ha enviado mensajes a Hezbolá a través de intermediarios en Beirut, tratando de calmar la situación. Sin embargo, la respuesta de Israel se ha mantenido firme, aunque la autoría exacta del atentado del sábado no ha sido confirmada oficialmente.
En respuesta a estos eventos, varias aerolíneas europeas y de otras partes del mundo han decidido cancelar sus vuelos a Líbano. La cancelación de estos vuelos se debe al temor de que Israel pueda llevar a cabo más represalias contra Hezbolá, exacerbando aún más las tensiones en la región.
Este incremento en las hostilidades marca un nuevo capítulo en el conflicto entre Israel y Hezbolá, dejando a la comunidad internacional en alerta ante la posibilidad de una mayor escalada en la región.