Una reciente investigación realizada por The Wall Street Journal ha sacado a la luz una preocupante realidad en el sistema de salud de Estados Unidos: la mayoría de las salas de urgencias en el país no están adecuadamente equipadas para atender a pacientes pediátricos, lo que resulta en cientos de muertes infantiles o en niños que sufren graves problemas de salud a largo plazo.
El estudio del WSJ examinó los niveles de certificación en más de 600 salas de emergencia, encontrando que solo cerca del 14% de ellas cuentan con las calificaciones necesarias para proporcionar una atención de calidad a los niños. De los 5,085 servicios de emergencia en todo el país, aproximadamente 700 se especializan en pediatría o han sido reconocidos por los estados por sus esfuerzos en mejorar la atención urgente de los pacientes más jóvenes.
La causa principal de esta alarmante situación se atribuye a la falta de preparación específica en pediatría entre los profesionales de emergencias. Muchos no poseen el conocimiento esencial para identificar condiciones potencialmente mortales en niños, recurriendo frecuentemente a dosis y protocolos de medicación diseñados para adultos. Además, se destaca que varios profesionales no saben cómo localizar el equipo necesario para manejar crisis pediátricas.
Un estudio del año 2019, publicado en la revista Pediatrics, indica que los niños tienen cuatro veces más probabilidades de fallecer en una sala de emergencia no especializada que un adulto, evidenciando una brecha crítica en la atención médica de emergencia para la población infantil.
El reportaje del WSJ también señala las limitaciones en los fondos federales disponibles para los hospitales destinados a la mejora de los servicios de emergencia pediátrica. A esto se suma el hecho de que la atención de emergencia infantil no genera tantos ingresos como otros servicios, lo que lleva a que muchas entidades de salud incurran en pérdidas al tratar a pacientes menores. Expertos pediátricos argumentan que los programas de seguro de salud gubernamentales no ofrecen reembolsos suficientes para cubrir todos los costos asociados.
Esta revelación pone de manifiesto la necesidad urgente de acciones concretas para garantizar que las salas de emergencia en todo Estados Unidos estén equipadas y preparadas para ofrecer la atención especializada que requieren los niños, con el fin de prevenir futuras tragedias y asegurar el bienestar de la población pediátrica.
