Las intensas lluvias y las crecidas provocadas por el huracán Melissa han puesto en riesgo una parte esencial del sistema eléctrico cubano: los parques fotovoltaicos, que en los últimos años se habían convertido en una de las pocas alternativas para aliviar la dependencia del petróleo y reducir los apagones. Sin embargo, la inundación de varias de estas instalaciones amenaza con profundizar la crisis energética que ya afecta a millones de hogares en el país.
⚡ Infraestructuras frágiles ante el agua
Aunque los paneles solares están diseñados para resistir la intemperie, no soportan la inmersión prolongada. Cuando el agua alcanza los sistemas de conexión, los cortocircuitos y la corrosión interna son inevitables. Los inversores y transformadores, esenciales para convertir la energía solar en electricidad utilizable, son especialmente vulnerables y, en muchos casos, quedan inutilizados de forma irreversible.
🌊 Parques bajo el agua, energía perdida
Mientras las lluvias cesan lentamente, cada hora de inactividad en un parque solar significa megavatios que se dejan de generar, justo cuando la red nacional enfrenta sobrecargas por la falta de combustible y las averías en las termoeléctricas. El impacto no es solo técnico: sin energía solar disponible, el sistema vuelve a depender casi por completo de fuentes fósiles, con mayor gasto de diésel y más emisiones contaminantes.
🧱 Estructuras dañadas y recuperación costosa
La fuerza del agua y el barro puede desplazar paneles, corroer las bases metálicas y deformar soportes. La limpieza y evaluación posterior requieren tiempo, materiales especializados y equipos importados, lo que podría retrasar la recuperación durante semanas o meses. En un contexto de escasez de divisas, cualquier daño mayor se traduce en una pérdida económica difícil de compensar.
🌫️ Un riesgo para la estabilidad energética
Si parte de la capacidad solar instalada queda fuera de servicio, el país podría enfrentar mayores apagones en las próximas semanas, sobre todo en las provincias orientales donde Melissa causó los principales daños. La falta de generación renovable se suma a las limitaciones del sistema termoeléctrico y a la carencia de combustible importado, creando un escenario complejo para la recuperación.
📉 Una advertencia para el futuro
Los expertos señalan que el impacto de Melissa demuestra la urgencia de reubicar o proteger los parques solares en zonas vulnerables, incorporando medidas de drenaje, elevación estructural y sistemas de monitoreo remoto que eviten daños totales en caso de inundación. Sin estas previsiones, cada huracán o tormenta severa puede borrar en horas los avances de años en materia de energía renovable.
Mientras Cuba intenta restablecer la estabilidad eléctrica tras el paso del huracán, la pérdida temporal —o permanente— de parte de su capacidad solar acentúa la fragilidad del sistema energético nacional, ya tensionado por la falta de mantenimiento, la crisis económica y la dependencia de importaciones.
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