En un reciente esfuerzo por atenuar las crecientes críticas sobre la gestión de los suministros alimenticios, el presidente Miguel Díaz-Canel y altos funcionarios del gobierno cubano se han comprometido a implementar medidas para mejorar la estabilidad en la distribución de la canasta básica familiar en los próximos meses. Esta iniciativa surge en respuesta a las voces disconformes de la población, que se han intensificado ante la escasez y la disminución en la calidad de los productos esenciales distribuidos a través de la libreta de abastecimiento.
El primer secretario del Partido Comunista de Cuba tomó la palabra en un programa difundido por las redes sociales para abordar directamente las preocupaciones de los ciudadanos. Los comentarios recogidos por el sistema de funcionarios evidencian un descontento generalizado que gira en torno a la tardanza en la entrega completa de la canasta, la calidad de algunos de sus productos, la variabilidad en la composición de la misma, y las dudas sobre la eficiencia de los procesos logísticos y de gestión destinados a asegurar los productos.
Betsy Díaz Velázquez, ministra de Comercio Interior, reconoció el déficit de varios productos críticos como café, aceite, productos cárnicos, huevo, y la desaparición de items como las pastas alimenticias y el fósforo de la canasta normada. A esto se suma la problemática distribución de arroz, frijoles, azúcar, y sal, lo que pone de manifiesto las dificultades de producción, logísticas y financieras que enfrenta el país.
La ministra y otros funcionarios detallaron los desafíos específicos que han impedido una distribución eficaz de alimentos esenciales, desde problemas logísticos hasta limitaciones de financiamiento y producción. Por ejemplo, la producción de frijoles y aceite ha sido irregular, y se han registrado meses sin distribución de café. La producción y distribución de carne y huevo también han enfrentado obstáculos significativos.
No obstante, el gobierno ha anunciado una serie de promesas y medidas destinadas a mejorar la situación. Entre ellas, se encuentran esfuerzos para estabilizar la canasta básica, ampliar la producción nacional de alimentos para reducir la dependencia de importaciones, y mejorar la distribución de productos esenciales en los próximos meses. Además, se ha prometido la reincorporación del yogur de soya para niños y la normalización de la distribución del pan, gracias a la llegada de trigo y harina.
Este conjunto de acciones representa un reconocimiento de las dificultades que enfrenta la población cubana y un intento por parte de las autoridades de mitigar el impacto de la crisis alimentaria. Con estas medidas, el gobierno cubano busca no solo abordar las preocupaciones inmediatas de sus ciudadanos, sino también fortalecer la confianza en su capacidad para gestionar eficazmente los desafíos económicos y logísticos del país.
