La noticia de que Sandro Castro, nieto del fallecido líder cubano Fidel Castro, celebrará su cumpleaños con un evento lujoso el próximo 5 de diciembre en su bar privado, EFE Bar, ha desatado una ola de críticas y debates en las redes sociales. La promoción del evento, que incluye cócteles de bienvenida, cerveza gratuita, shots de tequila para las primeras asistentes y vino espumoso ilimitado, además de la presentación de artistas sorpresa, ha sido calificada por muchos como un acto de desprecio hacia las dificultades que enfrenta el pueblo cubano.
La indignación no tardó en hacerse sentir. Al principio, muchos usuarios pensaron que la noticia era una broma o una exageración, pero tras confirmar la veracidad del anuncio, las críticas se incrementaron exponencialmente. “Mientras medio país está en apagones y la gente no tiene ni para comer, ellos están de fiesta. Esto ya no tiene nombre”, comentó un usuario en redes.
Otros ciudadanos señalaron que esta no es una excepción dentro de la cúpula gobernante y sus allegados. “El hijo de Marrero paseando por Europa, el hijo de Lio Cuesta por Europa, y el hijo del campesino trabajando sin descanso para ganarse un plato de comida. ¿Qué más hace falta para abrir los ojos? Cuba ya no se puede ni calificar”, opinó otro usuario, evidenciando la creciente frustración popular con la élite cubana.
El contraste entre el lujo de estas celebraciones y las penurias cotidianas del cubano promedio es el centro de las críticas. Mientras el país enfrenta una de las peores crisis económicas de su historia, con escasez de alimentos, medicinas y apagones que se extienden durante horas, los gestos de ostentación por parte de los miembros de la familia Castro y otros vinculados al poder han sido vistos como una afrenta.
“La Revolución de Fidel se ha convertido en la burla más grande para el pueblo que alguna vez creyó en ella”, señala otro comentario viral en las plataformas digitales. Muchos critican que las figuras públicas vinculadas a la familia gobernante y al aparato estatal parecen vivir en un universo paralelo, ajeno a la realidad que enfrenta el cubano de a pie.
La figura del presidente Miguel Díaz-Canel tampoco ha escapado a la polémica. “Díaz-Canel no es más que un títere, sin valor ni principios para frenar el descaro de esta élite privilegiada”, expresaron otros usuarios, apuntando al aparente desinterés del mandatario en abordar los privilegios de quienes ostentan el poder.
Este tipo de episodios, sumados a las constantes denuncias sobre los viajes y el estilo de vida de los hijos y familiares de altos funcionarios, reflejan el creciente desencanto de la población con un sistema que se ha vuelto insostenible para muchos. Como señalan algunos cubanos en redes: “Mientras unos viven como reyes, el resto apenas sobrevive. El sacrificio siempre ha sido para los de abajo”.
El escándalo tras el anuncio de esta fiesta es, según muchos, otro ejemplo de cómo la cúpula gobernante de la isla ha perdido el contacto con la realidad y la dignidad del pueblo cubano, que día a día lucha por sobrevivir en un país marcado por la desigualdad y la desesperanza.