Gran indignación ha causado en Sancti Spíritus la detención de un enfermero del Hospital Pediátrico provincial, sorprendido en una riña en pleno bulevar mientras, según reportes preliminares, se encontraba bajo los efectos del alcohol y portaba insumos médicos y medicamentos presuntamente sustraídos del propio centro de salud.
De acuerdo con fuentes locales, entre los materiales ocupados se encontraban fármacos y utensilios destinados al tratamiento de pacientes infantiles, productos que en la actualidad resultan esenciales y de difícil acceso para muchas familias.
El hecho ha generado una ola de críticas y preocupación entre trabajadores del sector sanitario y ciudadanos que, en redes sociales, expresaron su repudio ante lo ocurrido. “Son medicamentos que pueden marcar la diferencia entre la vida y la enfermedad de un niño. Esto no tiene justificación”, comentó una residente espirituana al conocer la noticia.
La situación resulta especialmente grave por tratarse de un profesional de la salud, cuya labor implica responsabilidad, ética y compromiso con la vida. Casos como este socavan la confianza pública y ensombrecen el trabajo de miles de médicos y enfermeros que sí ejercen con entrega y honestidad.
Las autoridades locales confirmaron que el enfermero permanece bajo investigación y que se aplicarán las sanciones correspondientes de comprobarse su responsabilidad.
Más allá de la sanción individual, este suceso reabre el debate sobre la gestión, control y distribución de medicamentosen el sistema sanitario, así como la necesidad de reforzar los valores éticos dentro del sector.
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