Una reciente auditoría del Ministerio de Transportes ha descubierto una orden ministerial firmada por el exministro José Luis Ábalos que resultó en un aumento inesperado en la compra de mascarillas durante el inicio de la pandemia de COVID-19.
El 19 de marzo de 2020, al inicio de la pandemia y previo al primer estado de alarma, se estimó la necesidad de adquirir cuatro millones de mascarillas para enfrentar la emergencia sanitaria. Según el informe de auditoría, inicialmente se firmó una orden que estipulaba la compra de hasta cuatro millones de unidades. Sin embargo, menos de una hora después, a las 20:33 del mismo día, se emitía una nueva orden que duplicaba esta cantidad a ocho millones de mascarillas.
Este cambio drástico se produjo sin justificación aparente que respaldara la urgencia de aumentar el pedido. La investigación interna ha revelado que fue el asesor del ministro en aquel entonces, Koldo García, quien comunicó que el proveedor solo aceptaría un pedido mínimo de ocho millones de unidades, afirmación que no fue suficientemente verificada por los canales adecuados.
El informe critica duramente este proceder, señalando que la modificación en la orden no cumplió con los estándares exigidos para una tramitación de emergencia, la cual debe ser limitada y precisa. Además, se subraya la falta de control y seguimiento adecuado en la entrega y distribución de las mascarillas, destacando que 25,000 unidades fueron gestionadas directamente por el exasesor sin registro formal de su destino final.
Actualmente, se ha encontrado un remanente de 238,840 mascarillas en un almacén del Ministerio y otras 206,000 en Azuqueca de Henares, cuyo valor se estima en más de un millón de euros.
Este hallazgo ha provocado un intenso debate sobre la gestión de recursos durante la crisis sanitaria y ha llevado a cuestionar la transparencia y eficiencia de las decisiones tomadas bajo presión durante los primeros días de la pandemia.
