Un incendio doméstico registrado este sábado en una vivienda de la Avenida de Céspedes, entre M y L, ha puesto de relieve los riesgos cotidianos que enfrentan muchos ciudadanos cubanos debido a la escasez de recursos energéticos. El siniestro ocurrió alrededor de las 11:25 de la mañana en una casa habitada por una pareja de ancianos, donde, según reportes locales, un fogón improvisado causó el fuego que destruyó parte de la vivienda.
Juan José Hernández, de 73 años, había encendido un anafre —un pequeño fogón de carbón— junto a su cama con la intención de cocinar, ante la imposibilidad de hacerlo por otros medios. La chispa de una brasa habría alcanzado el colchón, provocando la combustión inmediata de la cama y la propagación de las llamas en el interior del inmueble.
Bomberos del Comando 4 llegaron con prontitud al lugar y lograron extinguir el fuego sin que se produjeran víctimas ni heridos. Los daños fueron exclusivamente materiales, aunque significativos para los afectados, que han perdido gran parte de sus pertenencias.
Este incidente es uno más entre muchos que reflejan el impacto de la actual situación energética del país. La combinación de apagones prolongados, limitaciones en el suministro de gas doméstico y ausencia de alternativas seguras obliga a muchos hogares, especialmente aquellos donde residen personas mayores, a recurrir a métodos tradicionales de cocción que conllevan serios riesgos.
“El problema no es querer cocinar con carbón, es que no hay otra opción. Ya ni la resistencia eléctrica se puede usar porque los apagones no dan tregua”, comentó un vecino del lugar que presenció el siniestro y participó en las labores iniciales de auxilio antes de la llegada de los bomberos.
La falta de condiciones adecuadas para la vida cotidiana —como acceso seguro a la energía, alimentos y equipamiento doméstico— ha intensificado la precariedad de muchos sectores vulnerables. El uso de anafres, velas, linternas improvisadas y calentadores rudimentarios no es raro, y en muchos casos, estos elementos terminan provocando accidentes que podrían evitarse con un suministro más estable de servicios básicos.
No se han publicado cifras oficiales actualizadas sobre incendios domésticos relacionados con estas causas, pero varios reportes ciudadanos en distintas provincias alertan de un aumento progresivo en este tipo de incidentes, en paralelo al agravamiento de las condiciones energéticas y materiales.
En el caso de la familia afectada en Santiago de Cuba, vecinos han iniciado espontáneamente una campaña de ayuda para la reposición de algunos de los bienes perdidos. Mientras tanto, la historia de Juan José Hernández no solo conmueve por lo vivido, sino que también representa un llamado de atención sobre la urgencia de proteger a quienes, en medio de la escasez, deben improvisar para sobrevivir.
Nota: Con Información de @LaTijera





