La aerolínea Iberojet ha iniciado oficialmente este viernes una nueva conexión aérea entre Madrid y la provincia cubana de Villa Clara, con vuelos semanales programados cada viernes hasta el mes de septiembre. El primer vuelo fue recibido en el Aeropuerto Internacional “Abel Santamaría Cuadrado” con el tradicional arco de agua de los bomberos, gesto simbólico que marca la apertura de una nueva operación aérea.
La nueva ruta, operada con un Airbus A330 de hasta 378 pasajeros, refuerza la estrategia de la compañía para expandir su presencia en el Caribe. Se suma, además, al vuelo entre Portugal y Villa Clara que Iberojet viene operando desde abril, lo que consolida al centro del país como una nueva puerta de entrada al turismo europeo en Cuba.
Según reporta la emisora local CMHW, esta conexión estaba prevista inicialmente entre Barcelona y Villa Clara, pero en febrero fue anunciada la reubicación hacia Madrid sin que la aerolínea ofreciera explicaciones públicas. Los pasajeros con boletos adquiridos fueron reubicados en la nueva ruta sin mayores contratiempos, de acuerdo con la información disponible.
La decisión de enfocar el enlace hacia Villa Clara se interpreta como un intento por revitalizar el flujo turístico a la región, especialmente a Cayo Santa María, uno de los polos más promocionados de Cuba y recientemente reconocido como una de las mejores playas de Iberoamérica en 2025. Esta estrategia busca ampliar las opciones de llegada más allá de los habituales destinos como La Habana o Varadero, y distribuir la oferta hacia zonas con alto potencial turístico.
El contexto en el que se lanza esta nueva operación es, sin embargo, complejo. Entre enero y abril de 2025, Cuba experimentó una caída del 27,6 % en la llegada de visitantes internacionales en comparación con el mismo período de 2024. La crisis económica persistente, la inestabilidad energética y la insuficiencia de infraestructura turística han impactado negativamente al sector, uno de los pilares económicos del país.
La apuesta de Iberojet —y de las autoridades turísticas cubanas— por la ruta Madrid–Villa Clara es vista como un paso hacia la diversificación del acceso a la isla, aunque persisten dudas sobre su sostenibilidad más allá del verano. La frecuencia limitada y el carácter estacional de la operación indican que el éxito dependerá en buena medida del comportamiento de la demanda europea, y de si Cuba logra garantizar condiciones atractivas y competitivas para el turista internacional.
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