En una reciente operación militar conjunta llevada a cabo por las fuerzas estadounidenses y las iraquíes en el oeste de Irak, siete soldados de Estados Unidos resultaron heridos, mientras que quince militantes del grupo terrorista Estado Islámico (EI) fueron abatidos. El Mando Central de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos (CENTCOM) confirmó estos hechos en una declaración este viernes.
La incursión, que tuvo lugar en las primeras horas del 29 de agosto, tuvo como objetivo a líderes de EI en la región, en un esfuerzo por «perturbar y degradar» la capacidad operativa del grupo. Según el CENTCOM, los militantes estaban equipados con un arsenal que incluía granadas y cinturones explosivos suicidas. La operación se destacó por no haber reportado víctimas civiles.
De los militares estadounidenses heridos, uno fue evacuado para recibir tratamiento médico adicional debido a las lesiones sufridas durante la misión. Otros dos sufrieron heridas relacionadas con caídas en el transcurso de la operación, y un cuarto fue también evacuado para atención médica fuera del área de operaciones. Todos los heridos se encuentran estabilizados y fuera de peligro.
La operación se enmarca dentro de las continuas acciones de las fuerzas de seguridad iraquíes y estadounidenses para contrarrestar la amenaza persistente de EI en la región. Aunque el grupo ha sido derrotado territorialmente, sigue operativo a través de células itinerantes que han realizado varios ataques en los últimos meses.
El gobierno de Irak, con apoyo de sus aliados, ha intensificado sus esfuerzos en desmantelar la infraestructura residual de EI, logrando la muerte o captura de varios altos mandos del grupo. Según autoridades estadounidenses, estas operaciones son cruciales para asegurar la estabilidad regional y proteger tanto a civiles en Irak como a intereses internacionales.