El Movimiento Hamás volvió a mostrar su verdadero rostro este domingo al ejecutar públicamente a tres ciudadanos gazatíes, acusados de colaborar con una milicia proisraelí. Según imágenes difundidas por el propio grupo, los reos, con los ojos vendados, fueron llevados ante una multitud y posteriormente asesinados de un disparo en la cabeza por hombres armados y encapuchados.
Estos actos atroces, perpetrados en plena calle, demuestran no solo la crueldad con la que Hamás gobierna en Gaza, sino también la hipocresía de quienes dedican sus discursos a condenar a Israel mientras guardan silencio ante la barbarie interna que sufre el propio pueblo palestino. Resulta alarmante que, en lugar de denunciar con contundencia estas violaciones flagrantes de los derechos humanos, muchos actores internacionales prefieran criticar las acciones de defensa legítima de Israel frente al terrorismo.
Israel es constantemente señalado en foros internacionales por responder a los ataques con cohetes, los secuestros y los atentados suicidas. Sin embargo, cuando Hamás asesina a su propia población sin juicio justo, sin pruebas verificables y con un sadismo medieval, apenas se escuchan voces de indignación. ¿Dónde están ahora los defensores de los derechos humanos que suelen exigir sanciones contra Israel? ¿Dónde están las organizaciones que llenan titulares acusando de \»desproporción\» cada vez que el Estado judío se defiende?
La realidad es que Hamás utiliza a los gazatíes como escudos humanos, los reprime con ejecuciones públicas y, al mismo tiempo, trata de proyectarse como un “movimiento de resistencia”. Israel, en cambio, lucha por garantizar su supervivencia frente a un enemigo que no reconoce su derecho a existir.
Estas imágenes son un recordatorio claro: el verdadero enemigo de los palestinos no es Israel, sino Hamás, que los condena a vivir bajo el terror, la opresión y la muerte. Y mientras tanto, cada condena dirigida contra Israel y no contra el terrorismo islamista se convierte, aunque sea indirectamente, en un aval a la violencia de Hamás.
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