Lo que debía ser una jornada de béisbol se transformó en un hecho lamentable. El sábado 27 de septiembre, durante la subserie entre Sancti Spíritus y La Isla de la Juventud, en el marco de la 64.ª Serie Nacional de Béisbol, un altercado puso en entredicho la disciplina y la imagen del deporte nacional.
Al concluir el partido —con victoria para los Gallos— el director espirituano Eriel Sánchez se dirigió al área donde se encontraban el Comisionado Técnico y el Supervisor de Árbitros. Lo hizo de manera irrespetuosa, lanzando ofensas y provocaciones…
Momentos después, cuando el Comisionado Técnico Miguel Rojas —exjugador de prestigio y parte del colectivo que guió al Sub-15 cubano al oro panamericano— se dirigía a su oficina, fue sorprendido y agredido con un bate por Sánchez. El resultado fue una herida en la cabeza que requirió atención médica inmediata y varios puntos de sutura…
El incidente no es un hecho aislado. Se suma a otras indisciplinas en ediciones recientes de la Serie Nacional y deja un mensaje muy negativo para el futuro del béisbol en la isla.
La Comisión Nacional de Béisbol está llamada a actuar con firmeza y transparencia. Las advertencias y sanciones leves parecen insuficientes… lo sucedido exige medidas ejemplarizantes, incluso la separación definitiva de responsabilidades para el implicado.
El béisbol cubano necesita orden, respeto y valores · no escenas de violencia que lo asemejen a riñas callejeras · los estadios deben seguir siendo espacios de deporte y orgullo nacional.
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