Taxi amarillo frente a edificio histórico en ciudad.

GRAVE CRISIS DE COMBUSTIBLE PARALIZA EL SERVICIO DE TAXIS GAZELLE EN LA HABANA

El transporte público en La Habana enfrenta una situación crítica debido a la falta de combustible, afectando de manera severa el servicio de microbuses conocidos como Gazelle, operados por la empresa Taxis Cuba. De los 435 vehículos que integran la flota destinada a cubrir 23 rutas en la capital, actualmente menos de 200 están en funcionamiento, lo que representa una disminución de más del 60% de su capacidad operativa.

A través de su página oficial en redes sociales, «Rutas en Tiempo Real» informó que la carencia de combustible ha obligado a suspender gran parte de las operaciones de estos microbuses, conocidos popularmente como “gacelas”. La empresa lamentó los inconvenientes ocasionados a la población y aseguró que se están realizando esfuerzos para revertir la situación lo antes posible.

La crisis actual no es un hecho aislado. En diciembre del año pasado, el Ministerio de Transporte ya había advertido que la cantidad de combustible asignada diariamente —9,800 litros de diésel— era insuficiente para mantener el servicio en condiciones normales. Esta limitación, sumada a la falta de piezas de repuesto, problemas técnicos en los vehículos y las conocidas indisciplinas sociales en algunas rutas, ha deteriorado aún más el funcionamiento del sistema.

De las 23 rutas que cubren los Gazelle, 14 son consideradas de alta complejidad, afectadas por factores como el mal estado de las vías y el comportamiento inadecuado de algunos usuarios, especialmente estudiantes. Rutas como la 17, 6, 9, 8, 11 y 23 presentan las mayores dificultades en cuanto a infraestructura vial, mientras que las rutas 17, 13, 20, 4, 5, 24, 14, 3 y 16 lidian constantemente con indisciplinas de pasajeros.

Por su parte, la Empresa Filial Metrotaxis, perteneciente a Taxis Cuba, ha implementado medidas para mitigar los efectos de la crisis. Entre las acciones emprendidas están la redistribución del poco combustible disponible, la extensión de los horarios de abastecimiento, el refuerzo de los controles en las rutas y la aplicación de sanciones por incumplimientos en el servicio. No obstante, estas estrategias no han logrado solucionar la gravedad del problema.

La falta de combustible no solo impide mantener operativa toda la flota, sino que afecta especialmente a las rutas de mayor recorrido, donde el consumo es superior, provocando que muchas de las vueltas programadas no puedan cumplirse, afectando directamente a miles de usuarios que dependen de este medio de transporte para sus desplazamientos diarios.

La situación de los taxis Gazelle es un reflejo más de las profundas dificultades que enfrenta el transporte público en Cuba, un problema que, lejos de resolverse, tiende a agravarse en el actual contexto de escasez de recursos.

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