En las últimas horas se ha difundido en redes sociales una noticia falsa que aseguraba que Doraiky, desaparecida hace meses, había sido hallada sin vida. Esta publicación, compartida por cientos de personas, ha sido desmentida públicamente por sus familiares, quienes insisten en que la información es mentira y que ella aún no ha sido localizada.
Danmielle Díaz Fernández, familiar cercana, escribió en su perfil de Facebook:
“Buenas tardes, soy familia de Doraiky y quiero aclarar que la publicación que están sacando de Dory es mentira. Hago esto público para las personas que desde el primer día están siguiendo el caso y nos ayudan a compartir para que aparezca. Todavía no aparece, es mucha, mucha mentira la publicación. Por eso le pido a todas las personas que nos están ayudando que continúen publicando”.
Este episodio ha generado gran indignación en la comunidad, no solo por el daño emocional que causa en los familiares, sino también porque se trata de un caso delicado que involucra a dos hijos adolescentes, quienes sufren directamente las consecuencias de este tipo de rumores.
La propagación de noticias falsas sobre la vida o la muerte de una persona no es un simple error: es un acto cruel que hiere, confunde y atenta contra la dignidad de quienes esperan con esperanza.
Este hecho pone nuevamente en el centro del debate la necesidad de verificar la información antes de compartirla. La verdad debe prevalecer siempre, y manipularla con fines de atención o impacto es un atentado contra los sentimientos más humanos.
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