El expresidente de Perú, Alberto Fujimori, ha fallecido tras una larga batalla contra un cáncer. Fujimori, cuya presidencia marcó una etapa crucial y polémica en la historia reciente de Perú, fue recordado tanto por sus partidarios como por sus detractores.
Fujimori llegó al poder en 1990 tras vencer sorpresivamente al renombrado escritor y candidato Mario Vargas Llosa en las elecciones presidenciales. En ese momento, Perú se encontraba sumido en una profunda crisis económica y enfrentaba la creciente amenaza de grupos insurgentes, como el movimiento guerrillero Sendero Luminoso, liderado por Abimael Guzmán. La gestión de Fujimori estuvo marcada por su lucha implacable contra el terrorismo y su enfoque en erradicar estos movimientos que buscaban desestabilizar al país.
Durante su mandato, que se extendió por diez años, Fujimori desmanteló las instituciones democráticas y tomó el control absoluto del poder, impulsado por un autogolpe en 1992 que fue respaldado por sectores del ejército. Con la ayuda de Vladimiro Montesinos, su asesor y hombre de confianza, instauró un régimen caracterizado por la violación de los derechos humanos y la corrupción. Mientras algunos sectores lo respaldaban por su mano dura contra el terrorismo, otros condenaban su represión y los crímenes cometidos bajo su mandato.
Fujimori fue finalmente derrocado, enfrentando un proceso judicial que lo llevó a ser encarcelado de por vida, al igual que varios de sus colaboradores cercanos, incluido Montesinos. Aunque su legado ha generado divisiones en la sociedad peruana, con algunos viéndolo como un salvador del país frente al terrorismo y otros como un dictador que atropelló las libertades civiles, su influencia en la política peruana se ha mantenido viva.
En prisión, Fujimori gozó de ciertas comodidades debido a su condición de ex jefe de Estado. Tras quince años encarcelado, un cáncer terminal aceleró su liberación, aunque su estado de salud se deterioró rápidamente. Finalmente, falleció tras solo quince meses de haber salido en libertad.
El impacto de Fujimori en la política peruana no se ha desvanecido con su muerte. Su hija, Keiko Fujimori, se ha consolidado como una figura política importante en el país, y ha intentado varias veces alcanzar la presidencia, llevando consigo el legado de su padre. Su muerte, aunque cierra un capítulo de la historia de Perú, no extingue la influencia que Fujimori dejó en la vida política del país, y su recuerdo continuará siendo parte del debate nacional.
Los funerales de Fujimori seguirán los protocolos correspondientes a su rango de ex jefe de Estado, a pesar de las controversias que rodean su legado.