El expresidente de Bolivia Evo Morales ha solicitado a sus seguidores que cesen los bloqueos que han afectado al país durante 19 días, principalmente en la región de Cochabamba, al tiempo que ha anunciado su decisión de iniciar una huelga de hambre para presionar al Gobierno a establecer un diálogo. Según reporta Europa Press, Morales, en una rueda de prensa, afirmó que mantendrá la huelga «hasta que el Gobierno acceda a establecer mesas de diálogo», e instó a que el proceso cuente con intermediarios internacionales y representantes de países amigos para asegurar un acuerdo «transparente y efectivo».
Morales hizo un llamado a sus seguidores para que levanten los bloqueos como medida para evitar un «derramamiento de sangre», especialmente tras los recientes enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad. Además, sugirió que las negociaciones incluyan discusiones tanto políticas como económicas, en un esfuerzo por reducir la violencia, proteger la economía nacional y atender las necesidades de la población boliviana.
Mientras tanto, el presidente de Bolivia, Luis Arce, ha denunciado ante la comunidad internacional que «grupos armados afines» a Morales tomaron tres cuarteles del Ejército, en lo que calificó como un acto de «traición a la patria». Según Arce, estos grupos habrían retenido a militares y sus familiares como rehenes. En una publicación en la red social X, Arce indicó que estas acciones constituyen una grave amenaza al orden público y a la seguridad de los ciudadanos bolivianos, a quienes ha pedido apoyo para restablecer la paz en el país.
En su declaración, Arce denunció que «grupos irregulares» están disparando con armas letales y lanzando dinamita contra las fuerzas de seguridad, formadas en gran medida por policías de origen popular y raíces indígenas, a quienes consideró blanco de los ataques. Además, el presidente afirmó que las tomas de cuarteles tienen como objetivo «acortar el mandato del actual Gobierno, imponer una candidatura inconstitucional y lograr impunidad en procesos judiciales». Las fuerzas del Gobierno, subrayó, continuarán sus esfuerzos para restaurar el orden público, con el respaldo de la Constitución y el apoyo de la ciudadanía.
Las tensiones en Bolivia han ido escalando en las últimas semanas, cuando seguidores de Morales comenzaron a bloquear vías en regiones estratégicas del país, incluyendo Cochabamba, Potosí, Oruro y Santa Cruz, en respuesta a una crisis económica y en respaldo a las aspiraciones políticas del expresidente. Aunque Morales no está habilitado para presentarse en las elecciones, sus seguidores exigen su candidatura, lo que ha aumentado los enfrentamientos con las fuerzas de seguridad. Además, Morales ha denunciado públicamente un supuesto complot para atentar contra su vida, lo que ha añadido mayor intensidad a las protestas.
Morales enfrenta actualmente varias causas judiciales, que incluyen denuncias por los destrozos ocasionados durante una movilización en septiembre, agresiones a la Policía y un proceso por presunto abuso de menores y trata de personas. Este último caso se relaciona con una supuesta relación con una menor de 16 años mientras él ejercía la presidencia, de la cual habría nacido una hija.