La Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA) ha confirmado que el reciente aumento en los precios de los paquetes de datos móviles —conocido popularmente como el “tarifazo”— ya comienza a generar beneficios económicos para la empresa estatal. Sin embargo, mientras los directivos celebran este “impacto favorable”, buena parte de la población continúa enfrentando altos costos de conectividad y servicios de baja calidad, en medio de una crisis económica generalizada.
Yusmany Rojas Pérez, director adjunto de la Vicepresidencia Comercial de ETECSA, declaró a la Agencia Cubana de Noticias que “aunque todavía es muy corto el período de tiempo, podemos afirmar que ya van teniendo un impacto favorable en cuanto a los resultados que se esperaban”. Esta afirmación llega en un momento en que muchos ciudadanos no pueden permitirse acceder a internet con regularidad, y cuando incluso estudiantes y profesionales se ven obligados a elegir entre conectividad o alimentación básica.
La empresa asegura que si los nuevos ingresos se mantienen, comenzarán a ejecutar mejoras largamente prometidas: reemplazo de sistemas energéticos para asegurar la conectividad durante apagones, recuperación de la telefonía fija alternativa, y expansión de Nauta Hogar, entre otros. Pero la desconfianza ciudadana crece, dado que durante años se han anunciado planes similares sin que los usuarios hayan percibido un cambio sustancial en la calidad de los servicios.
ETECSA también anunció la creación de dos nuevos planes de datos: uno “adicional” con un costo de 1.200 pesos y otro “sectorial” destinado a estudiantes universitarios. Estos cambios, lejos de aliviar tensiones, han sido percibidos por muchos como una forma de justificar el aumento generalizado, sin atender realmente a la desigualdad en el acceso digital.
Arely González Fernández, directora de Relaciones Institucionales, admitió que las medidas se tomaron debido a la necesidad de mayores ingresos, tras reuniones con estudiantes y organismos. No obstante, la realidad apunta a una política donde la empresa, en situación de monopolio, traslada el peso de su ineficiencia a una población cada vez más empobrecida, que debe pagar más por un servicio que no mejora en calidad ni en estabilidad.
Mientras tanto, el discurso triunfalista de ETECSA contrasta con la frustración diaria de millones de cubanos, que ven cómo su derecho a la comunicación y al acceso a la información se convierte en un lujo que no todos pueden pagar.
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