En un reciente suceso violento en Haití, tres misioneros estadounidenses, incluyendo a una pareja, fueron asesinados por bandidos armados en un orfanato de Plaine, al norte de Puerto Príncipe. El orfanato, conocido por albergar a decenas de niños, se ha visto envuelto en la creciente violencia que asola la región, controlada por bandas armadas desde hace meses.
La pareja asesinada, identificada como Natalie Baker y su esposo Davy Lloyd, se encontraba en Haití realizando labores misioneras. Ambos son parientes del legislador estadounidense de Misuri, Ben Baker, quien expresó su profundo dolor a través de las redes sociales: «Nunca había sentido este tipo de dolor», manifestó Baker, agregando un llamado a la oración por su familia y la de Lloyd.
La situación en Haití continúa deteriorándose, con frecuentes matanzas, ataques, violaciones y secuestros, lo que ha llevado a Estados Unidos a emitir advertencias de no viajar a esta nación debido a las «condiciones de seguridad impredecibles y peligrosas». En respuesta a la tragedia, la Casa Blanca ha instado al rápido despliegue de una fuerza multinacional para estabilizar la situación. Dicha misión será liderada por Kenia, con el respaldo de la Organización de las Naciones Unidas.
La violencia en Haití ha alcanzado niveles críticos, provocando la muerte de aproximadamente 8,000 personas el año pasado. En un esfuerzo por controlar la situación, el gobierno interino de Haití ha extendido el estado de emergencia y el toque de queda en el departamento del Oeste, donde se ubica la capital.
Este llamado a la acción internacional busca no solo honrar la memoria de los misioneros fallecidos, sino también restaurar la paz y el orden en una región marcada por la desesperación y el caos.