España continúa consolidándose como un gigante del turismo mundial este miércoles, con el Ministerio de Turismo reportando un aumento del 12% en visitantes internacionales durante el invierno de 2025 en comparación con el año anterior. Las cifras preliminares indican que más de 8 millones de turistas llegaron al país entre diciembre y febrero, impulsados por un clima suave en regiones como Andalucía y las Islas Canarias, así como por una creciente demanda de experiencias culturales en ciudades como Madrid y Barcelona.
Sin embargo, este auge no está exento de controversias. En Barcelona, residentes locales han vuelto a manifestarse contra la masificación turística, exigiendo medidas más estrictas para limitar los alquileres vacacionales y proteger el acceso a la vivienda. «No podemos seguir siendo un parque temático», declaró María Soler, portavoz de un colectivo vecinal, durante una protesta en el barrio del Raval. Las autoridades catalanas han prometido revisar las licencias de alojamientos turísticos, mientras el gobierno central, liderado por Pedro Sánchez, defiende el impacto económico positivo del sector, que representa cerca del 13% del PIB nacional.
En paralelo, el Ejecutivo enfrenta críticas por su plan de condonación de deuda autonómica, aprobado recientemente. El líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, ha calificado la medida como «un regalo fiscal injusto» que podría afectar la calificación crediticia de España, según advertencias de grandes inversores internacionales. Sánchez, por su parte, ha defendido en el Congreso que esta política fortalece la cohesión territorial y sostiene el crecimiento económico, destacando que España sigue siendo una de las economías más dinámicas de Europa en 2025.
El debate sobre el equilibrio entre turismo, vivienda y estabilidad fiscal promete intensificarse en los próximos meses, mientras el país se prepara para un verano que podría romper nuevamente récords de afluencia.