En una acción que ha elevado la tensión en la región, Hezbolá, el grupo armado libanés, ha lanzado al menos una docena de cohetes hacia la localidad de Beit Hillel, en el norte de Israel, durante la madrugada del domingo. Este ataque se produce tras el anuncio, el sábado, de la muerte de un destacado miembro de Hezbolá en un bombardeo realizado por Israel en Al Bazuria, sur de Líbano.
La cadena de televisión Al Manar, vinculada a Hezbolá, informó que los ataques fueron una respuesta directa a las operaciones israelíes que tuvieron lugar el sábado, las cuales afectaron a varias localidades libanesas, incluidas Kfar Kila y Deir Siriane. Según esta fuente, los ataques israelíes estaban dirigidos contra viviendas de civiles.
El Times of Israel reportó que muchos de los cohetes lanzados fueron interceptados por el sistema de defensa Cúpula de Hierro de Israel, aunque algunos impactaron y provocaron incendios en las inmediaciones de Beit Hillel.
La tensión en Oriente Próximo ha alcanzado niveles críticos recientemente, especialmente tras la muerte de importantes figuras de grupos armados en incidentes separados, lo que aumenta la posibilidad de un conflicto más amplio en la región. Las recientes declaraciones y acciones tanto de Israel como de otros actores regionales sugieren una escalada potencial en las hostilidades.
En medio de estos desarrollos, ha habido informes no confirmados sobre movimientos estratégicos significativos, incluida la transferencia de tecnología militar avanzada a la región, que podría alterar aún más la ya frágil estabilidad.
Este incidente no solo reaviva los conflictos existentes entre Israel y varios grupos y naciones en Oriente Próximo, sino que también pone de relieve la complejidad y la volatilidad de las alianzas y enemistades en esta área geopolíticamente sensible.