Erdogan acusa a la oposición de provocar caos y pide «limpiar el CHP de saqueadores»

MADRID — El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, arremetió este sábado contra el principal partido opositor del país, el Partido Republicano del Pueblo (CHP), al que acusó de fomentar el caos urbano mediante llamados a la movilización tras la detención del alcalde de Estambul, Ekrem Imamoglu, investigado por presuntos vínculos con corrupción y terrorismo, según reporta Europa Press.

Durante un acto en Estambul del oficialista Partido Justicia y Desarrollo (AKP), Erdogan denunció que el CHP estaría promoviendo acciones de protesta callejera que, a su juicio, buscan alterar la voluntad popular. «Están intentando crear una atmósfera de caos en las ciudades», declaró, al tiempo que afirmó que no permitirá que “la corrupción y la injusticia” se impongan en las urbes turcas.

El mandatario turco señaló que los tiempos en que la política y la justicia podían manipularse mediante protestas han terminado, y aseguró que Turquía es un estado de derecho donde las decisiones deben ser tomadas por los tribunales sin presiones externas. En su discurso, también lanzó críticas directas contra el líder del CHP, Özgür Özel, a quien cuestionó por su silencio frente a las acusaciones de corrupción en el partido. “A menos que el CHP quede limpio de estos saqueadores, no podrá recuperar su credibilidad política”, sentenció.

Erdogan sostuvo que el CHP está «en manos de ladrones», dando pie a interpretaciones sobre una posible intervención estatal en la dirección del partido. Sus declaraciones se producen en un momento de elevada tensión política, con crecientes movilizaciones ciudadanas tras la detención de Imamoglu, una de las principales figuras de la oposición.

Paralelamente, el gobernador de Estambul, Davut Gül, anunció nuevas medidas de seguridad, ampliando por cuatro días adicionales la prohibición de manifestaciones en la ciudad. Hasta el 27 de marzo quedarán restringidos los desplazamientos hacia y desde Estambul por parte de personas o grupos susceptibles de participar en protestas, al igual que todo tipo de reuniones, marchas, concentraciones, instalación de carpas, campañas de firmas, ceremonias públicas o distribución de material impreso con fines políticos.

Según las autoridades, estas restricciones buscan prevenir actos delictivos, proteger el orden público y salvaguardar la seguridad nacional. No obstante, organizaciones de derechos humanos han expresado preocupación por lo que consideran una creciente limitación de las libertades civiles en el país, especialmente en un contexto marcado por un endurecimiento del discurso oficialista frente a la disidencia.

El desarrollo de estos acontecimientos pone de relieve la creciente polarización política en Turquía, donde las tensiones entre el gobierno y la oposición parecen intensificarse de cara a los próximos procesos electorales y en medio de una situación social compleja, marcada por el descontento en sectores urbanos clave como Estambul y Ankara.

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