El empresario Elon Musk, fundador de Tesla y SpaceX, ha anunciado este miércoles su salida del Gobierno de Estados Unidos, donde hasta ahora se desempeñaba como “empleado especial” y responsable del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), una oficina creada durante la actual administración del presidente Donald Trump con el objetivo de reducir el gasto público.
Musk, quien fue designado en el cargo al inicio del segundo mandato de Trump, comunicó su decisión a través de su red social X, donde expresó su agradecimiento al mandatario por la oportunidad brindada, pero también dejó entrever una profunda frustración con el rumbo fiscal de la Casa Blanca.
“A medida que mi tiempo programado como empleado especial del Gobierno llega a su fin, me gustaría agradecer al presidente Donald Trump por la oportunidad de reducir el gasto derrochador”, escribió. “El DOGE se fortalecerá con el tiempo a medida que se convierta en una forma de vida en todo el Gobierno”.
La salida del magnate se produce apenas 24 horas después de que manifestara públicamente su decepción con el nuevo proyecto de ley fiscal impulsado por Trump, al considerar que lejos de reducir el déficit, lo agrava mediante un aumento del gasto, especialmente en defensa y migración. La ley fue aprobada por la Cámara de Representantes por un solo voto de diferencia y ahora deberá pasar por el Senado.
Tensión creciente entre Musk y Trump
La relación entre Musk y el presidente Trump, inicialmente marcada por una afinidad ideológica y de estilo, se ha ido deteriorando en los últimos meses. El magnate, que en 2023 se convirtió en una figura influyente dentro del ala tecnocrática del Gobierno, ha venido marcando distancia del proyecto político a raíz de decisiones presupuestarias y controversias éticas sobre la reducción drástica de programas federales.
Durante su tiempo al frente del DOGE, Musk lideró recortes masivos de personal y el cierre de varias iniciativas de cooperación internacional, lo que generó intensas críticas tanto dentro como fuera del país. Aunque sus defensores destacaron la racionalización de gastos, sus detractores advirtieron sobre una visión excesivamente empresarial del funcionamiento estatal, con consecuencias negativas para sectores vulnerables.
Además, la renuncia llega en un contexto complicado para los negocios de Musk. En abril, Tesla reportó una caída del 71 % en sus beneficios, lo que ya había llevado al empresario a anunciar que reduciría su implicación en el Gobierno para enfocarse nuevamente en sus empresas privadas.
El futuro del DOGE y el rol político de Musk
Fuentes citadas por CBS News confirmaron que la salida de Musk se hará efectiva la noche de este miércoles, y aunque no se ha nombrado un reemplazo inmediato, la continuidad del Departamento de Eficiencia Gubernamentalqueda en entredicho, dada la controversia que ha rodeado su gestión y su limitada eficacia demostrada hasta ahora.
La Casa Blanca, por su parte, ha minimizado el impacto de la renuncia. Trump declaró que “no podemos estar recortando, necesitamos conseguir mucho apoyo”, en alusión a la necesidad de asegurar mayorías legislativas para avanzar en su agenda.
La salida de Musk marca un quiebre simbólico en el intento de fusionar tecnología y política en la administración pública, un experimento que —al menos en esta etapa— parece haber llegado a su límite.
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