En las principales ciudades de Venezuela, la población ha comenzado a salir a las calles en protesta contra lo que consideran un fraude electoral orquestado por Nicolás Maduro. Caracas, Maracay y los principales barrios de la capital venezolana han sido el epicentro de estas manifestaciones, donde los ciudadanos expresan su indignación por lo que perciben como un intento de arrebatarles la posibilidad de liberarse del régimen chavista, que ha gobernado el país durante 25 años, marcados por la represión, el hambre y la opresión.
La situación en el país se torna cada vez más tensa, con el despliegue de la Guardia Nacional Bolivariana y grupos armados conocidos como los Colectivos Chavistas, preparados para enfrentar a los manifestantes. El temor a un baño de sangre es palpable entre la población, que ya ha sido testigo de numerosas confrontaciones violentas en el pasado.
La Comisión Nacional Electoral, bajo el control del régimen, ha sido acusada de manipular los resultados electorales. Según los informes, el régimen de Maduro publicó los resultados en el canal estatal teleSUR, donde la suma de los porcentajes de los candidatos alcanzaba un total de 109.2%, un claro indicio de irregularidades y falta de transparencia en el proceso electoral.
En respuesta a estos eventos, Panamá ha decidido cortar relaciones diplomáticas con Venezuela. El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, anunció este lunes la suspensión de las relaciones diplomáticas y el retiro del personal panameño en Venezuela. Esta decisión fue tomada tras rechazar los resultados de las elecciones en el país sudamericano, que según el Consejo Nacional Electoral, dieron como ganador a Nicolás Maduro.
La comunidad internacional observa con preocupación la situación en Venezuela, mientras el pueblo sigue luchando por un cambio que les permita salir de la crisis en la que se encuentran inmersos.