En el imaginario cultural cubano, pocas palabras evocan tantas imágenes y emociones como “guajiro”, término que identifica a los campesinos de la isla y que se ha convertido en símbolo de identidad nacional. Sin embargo, su verdadero origen ha sido objeto de mitos y confusiones a lo largo de los años.
Según una publicación de Francisco Valiente en el grupo de Facebook Nostalgia Cuba, el vocablo tiene raíces en el arahuaco antillano, lengua de los pueblos indígenas de las Antillas, donde significaba “señor” o “hombre poderoso”. Con el tiempo, en Cuba pasó a describir a las personas que vivían o trabajaban en áreas rurales y, por extensión, a quienes compartían las costumbres y maneras propias del campo.
Uno de los mitos más difundidos sostiene que la palabra nació en 1898, durante la Guerra del 95, cuando soldados estadounidenses habrían llamado a los campesinos cubanos war heroes, expresión que —según la leyenda— los isleños interpretaron como “guar-jiro”. Sin embargo, existen registros que desmienten esta versión.
Documentos literarios y lexicográficos prueban que el término ya era de uso común en Cuba mucho antes. En 1840, la Condesa de Merlín lo empleó en una carta a Sofía Gay para describir a los campesinos. En 1856, el poeta Juan Cristóbal Nápoles Fajardo, “El Cucalambé”, lo incluyó en su décima El amante rendido.
Además, el Diccionario Provincial Casi Razonado de Voces Cubanas, publicado por Esteban Pichardo en 1836 y reeditado en 1862, definía “guajiro” como sinónimo de campesino, describiendo su vestimenta, comportamiento y accesorios, entre ellos el inseparable machete.
Así, la palabra “guajiro” no solo antecede a la intervención estadounidense, sino que forma parte de la memoria lingüística y cultural de Cuba desde hace casi dos siglos, enlazando el presente rural de la isla con su herencia indígena y su historia social.
Fuente: Francisco Valiente, grupo de Facebook Nostalgia Cuba
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