El Gobierno argentino, encabezado por Javier Milei, ha presentado una denuncia contra el exembajador en Venezuela, Oscar Laborde, por el delito de «traición a la patria». Según reporta Europa Press, la acusación se debe a supuestas gestiones realizadas por Laborde en relación con Nahuel Gallo, un gendarme argentino detenido en Venezuela, consideradas contrarias a los intereses del país.
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, afirmó que Laborde «actuó en contra de los intereses del país», arrogándose competencias diplomáticas que corresponden exclusivamente a la Cancillería. Bullrich calificó estas acciones como «de una gravedad institucional inusitada» y afirmó que no se trataban de un acto humanitario, sino de un intento por colaborar con el régimen de Nicolás Maduro.
Laborde, quien fue designado embajador durante el mandato de Alberto Fernández y tiene un historial político vinculado al Partido Comunista, negó las acusaciones y aseguró que actuó por petición de la familia de Gallo. Según explicó en declaraciones a la emisora AM 750, la madre del gendarme le solicitó que entregara una carta a su hijo por Navidad. «En vez de solucionar lo que corresponde, el Gobierno y la Gendarmería han decidido atacarme con epítetos desfasados», expresó el exembajador.
El dirigente social Juan Grabois también se pronunció sobre el caso, defendiendo a Laborde y asumiendo responsabilidad en la gestión de la carta. A través de su cuenta en la red social X, Grabois explicó que fue él quien contactó a Laborde para cumplir con la solicitud de la familia del gendarme. Además, instó al Gobierno a brindar representación jurídica a Gallo, asegurando que es un deber proteger a los compatriotas detenidos en el exterior.
Por otro lado, el Ministerio de Seguridad publicó documentos que, según sus afirmaciones, prueban que el gobierno venezolano autorizó el ingreso de Gallo al país, incluyendo una carta de invitación presentada por su pareja ante autoridades venezolanas.
El presidente Javier Milei ha mantenido una postura crítica hacia Nicolás Maduro, a quien calificó como «dictador criminal», y exigió la liberación inmediata de Gallo, acusado por Venezuela de ser un agente de inteligencia enviado con la misión de liberar a asilados en la Embajada argentina en Caracas.
Las tensiones entre Argentina y Venezuela han aumentado desde que Buenos Aires denunció un presunto fraude en las elecciones venezolanas, lo que llevó a la ruptura de relaciones diplomáticas. Brasil ha asumido funciones consulares en Caracas para representar a los ciudadanos argentinos en el país. La situación de Nahuel Gallo se convierte en un nuevo foco de conflicto en un contexto ya marcado por diferencias políticas entre ambas naciones.