Washington D.C. — El inicio del 62º Consejo Directivo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS)estuvo marcado este martes por la controversia, tras conocerse que la delegación de Cuba no pudo participar debido a la negativa de visados por parte del gobierno de Estados Unidos, país anfitrión del evento.
La viceministra primera de Salud Pública de Cuba, Tania Margarita Cruz, denunció la decisión y la calificó como un “trato discriminatorio”, al señalar que su país es miembro pleno de la OPS. Según explicó, tanto ella como otro funcionario designado para integrar la representación quedaron imposibilitados de asistir a la cita.
Cruz, quien actualmente forma parte de la comitiva cubana en la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York, declaró que Washington utilizó su condición de sede de la organización regional para “intentar silenciar la voz de Cuba”. En sus palabras: “Estados Unidos incumple sus obligaciones internacionales como país anfitrión y pretende invisibilizar nuestras posiciones, aun cuando no tiene argumentos sólidos para rebatirlas.”
La funcionaria destacó además el historial de Cuba en materia de cooperación sanitaria, subrayando que miles de médicos y profesionales de la isla han prestado servicios en América Latina y el Caribe, y que hospitales y universidades cubanas han formado a numerosos especialistas de la región. “Privar al organismo de la participación cubana significa excluir aportes valiosos en debates técnicos y en la definición de estrategias de salud pública”, afirmó.
El Consejo Directivo de la OPS reúne anualmente a los ministros de Salud de las Américas para evaluar políticas, prioridades y programas en el ámbito de la salud. La actual edición, que se desarrollará hasta el viernes 3 de octubre en Washington, se celebra con la ausencia de Cuba, lo que ha generado críticas en La Habana y vuelve a poner de relieve las tensiones políticas entre ambos países.
Hasta el momento, Washington no ha ofrecido una explicación oficial sobre la negativa de visados. Sin embargo, la medida se interpreta en el marco de las restricciones vigentes contra La Habana, que incluyen la permanencia de Cuba en la lista de países que patrocinan el terrorismo. Esta designación, restablecida durante la administración de Donald Trump, ha servido de base para reforzar sanciones financieras, limitar transacciones internacionales y restringir los viajes de funcionarios cubanos, afectando también su participación en foros multilaterales.
La exclusión de Cuba en esta reunión sanitaria regional reabre el debate sobre hasta qué punto los conflictos políticos deben condicionar espacios de cooperación internacional, especialmente en un sector tan sensible como la salud pública.
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