En Santiago de Cuba, la situación sanitaria se ha complicado significativamente debido a la presencia de dos serotipos del virus del dengue, lo cual incrementa el riesgo de enfermedades graves, mientras el virus de Oropouche sigue afectando a la provincia. Esta coincidencia de eventos ha activado alertas sanitarias por parte de las autoridades locales.
El Departamento Provincial de Vigilancia y Lucha Antivectorial ha reportado que estas enfermedades están especialmente concentradas en áreas con altas tasas de infestación de mosquitos, incluyendo los municipios de Palma Soriano, Contramaestre, Mella y San Luis. Alfredo Cintra Guerra, director del departamento, enfatizó la necesidad de aplicar medidas preventivas con urgencia para combatir la propagación del virus y evitar complicaciones.
A pesar de las acciones emprendidas para controlar los focos de mosquitos, como la eliminación de basura y la reparación de fugas de agua, las limitaciones económicas han restringido las intervenciones a gran escala, lo que ha obstaculizado los esfuerzos por contener la propagación de estas enfermedades. Las campañas de fumigación y las inspecciones en las áreas afectadas continúan, pero no son suficientes para mitigar completamente el riesgo.
La presencia continua del virus de Oropouche, sin confirmación oficial de su expansión a otras provincias, suma una capa adicional de urgencia a la situación. La falta de datos oficiales sobre los afectados y la reciente muerte de un joven local debido al virus, según reportes no oficiales, refuerza la preocupación en la comunidad.
Se insta a los ciudadanos a participar activamente en la prevención, eliminando cualquier acumulación de agua en sus propiedades y manteniendo los espacios limpios para evitar la proliferación de mosquitos. Las autoridades también aconsejan visitar a un médico ante cualquier síntoma febril para asegurar un diagnóstico y tratamiento oportunos.
Esta crisis sanitaria pone en relieve la vulnerabilidad de los grupos de riesgo, como niños, mujeres embarazadas, enfermos crónicos y adultos mayores, y subraya la importancia de mantener medidas preventivas rigurosas para proteger la salud pública durante el verano, un período especialmente propenso a la propagación de enfermedades transmitidas por vectores.