Las autoridades rusas informaron este miércoles de la detención de un ciudadano uzbeko acusado de ser el responsable del atentado con bomba que costó la vida al teniente general Igor Kirillov, jefe de las Tropas de Defensa Radiológica, Química y Biológica de las Fuerzas Armadas de Rusia, y a uno de sus asistentes. Según reporta Europa Press, el ataque ocurrió el pasado martes frente a la vivienda del militar en Moscú.
El Servicio Federal de Seguridad (FSB) detalló que el sospechoso fue capturado tras una operación conjunta con el Ministerio del Interior y el Comité de Investigación Ruso. Según las investigaciones preliminares, el detenido habría colocado un artefacto explosivo de alta potencia en un patinete eléctrico estacionado cerca de la entrada de la residencia de Kirillov. Además, se ha señalado que actuaba bajo instrucciones de los servicios especiales ucranianos.
Detalles del ataque y la operación
El FSB afirmó que el sospechoso fue reclutado por los servicios especiales de Ucrania, quienes le habrían proporcionado el explosivo y las instrucciones para llevar a cabo el ataque. Según las autoridades, el acusado utilizó un coche de alquiler equipado con una cámara de vídeo conectada por WiFi para vigilar el domicilio de Kirillov y transmitir las imágenes en tiempo real a sus contactos en la ciudad de Dnipró, Ucrania.
El atentado se habría ejecutado mediante la activación remota del explosivo después de recibir una señal confirmando la salida de los oficiales del lugar. Las autoridades indicaron que al sospechoso se le habría prometido una recompensa de 100.000 dólares y la posibilidad de residencia en un país de la Unión Europea a cambio de ejecutar el ataque.
Repercusiones y acusaciones cruzadas
El FSB indicó que el detenido, cuya identidad no ha sido revelada, se encuentra bajo custodia y enfrenta posibles cargos que podrían conllevar cadena perpetua. Además, el organismo subrayó que los oficiales ucranianos involucrados en la planificación del ataque serán perseguidos y castigados.
Por su parte, fuentes del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU), citadas por medios locales como Ukrinform y UNIAN, asumieron la autoría del atentado, calificando a Kirillov como «un criminal de guerra y un objetivo legítimo». El ataque se produjo un día después de que Ucrania imputara al general ruso por su supuesta implicación en el uso de armas químicas durante la invasión, iniciada en febrero de 2022.
Kirillov lideraba desde 2017 las Tropas de Defensa Radiológica, Química y Biológica, encargadas de responder a amenazas relacionadas con armas de destrucción masiva y gestionar la seguridad en incidentes nucleares, biológicos y químicos. Este atentado ha intensificado las tensiones en el conflicto entre Rusia y Ucrania, que continúa escalando con episodios de violencia dentro y fuera de los frentes de batalla.