El incidente ocurrido el pasado 5 de octubre en Marianao, donde una menor de tres meses fue trasladada al hospital en medio de una emergencia, ha sido desmentido por las autoridades locales, aclarando varios puntos que habían generado confusión. Según el relato oficial, el conductor del vehículo en el que viajaba la familia fue detenido por realizar una maniobra indebida y se comprobó que estaba bajo los efectos del alcohol. Sin embargo, la atención al bebé no se vio comprometida en ningún momento.
La madre de la menor informó al agente de tránsito sobre la urgencia de llegar al hospital pediátrico Juan Manuel Márquez, lo que llevó al oficial a detener rápidamente otro vehículo y asegurar el traslado de la madre, la abuela y el bebé al centro hospitalario. Posteriormente, se aplicó el test de alcohol al conductor, lo que resultó en la retirada de su licencia, aunque no se le impuso multa debido a la gravedad de la situación que implicaba la salud de la menor.
A pesar de este esclarecimiento, las críticas sobre la situación general en Cuba persisten, sobre todo en cuanto a las carencias en el sistema de transporte y salud, que agravan las emergencias médicas. La falta de ambulancias y la escasez de medicamentos son síntomas de una crisis sanitaria que golpea al país desde hace años. En este caso, la familia tuvo que depender de un vecino y su vehículo para intentar llegar al hospital, lo que refleja la precariedad de los servicios disponibles para la población.
La crisis económica ha deteriorado la infraestructura básica, afectando a sectores clave como la salud y el transporte. Muchas familias cubanas enfrentan situaciones similares a diario, donde cualquier urgencia médica se convierte en un desafío logístico. En la Cuba actual, no es raro que los ciudadanos recurran a vehículos privados o a la ayuda de vecinos debido a la falta de recursos oficiales, exponiéndose a situaciones como la vivida por esta familia en Marianao.
Aunque el suceso fue resuelto de manera efectiva por las autoridades, quienes garantizaron el traslado de la menor, este tipo de incidentes deja al descubierto los graves problemas estructurales que atraviesa el país. La ley 109, que prohíbe a los conductores de vehículos estatales ingerir alcohol en cualquier cantidad, fue aplicada de acuerdo a lo establecido, pero el hecho de que el transporte de emergencia haya dependido de un conductor no profesional y bajo los efectos del alcohol plantea serias dudas sobre la eficacia y la capacidad de respuesta del sistema estatal.
La necesidad de mejorar el acceso a la salud y garantizar medios de transporte seguros y eficientes en casos de urgencia es más evidente que nunca. Mientras las autoridades cubanas insisten en que los informes sobre el incidente fueron manipulados para desinformar, la realidad cotidiana para muchos cubanos sigue siendo un reto constante ante la escasez de recursos básicos, lo que refleja una situación sanitaria que aún espera una solución efectiva.