La reciente visita de Esteban Lazo Hernández, Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba, a la fábrica de helados «Victoria de Girón» ha suscitado una oleada de críticas y descontento entre la población. Durante su recorrido, Lazo Hernández probó el nuevo helado de Marabú y lo describió como «muy cremoso, consistente y con un sabor que recuerda al antiguo helado de ChocoMenta». Sin embargo, sus comentarios han sido recibidos con escepticismo y enojo por parte de muchos ciudadanos.
La transformación del marabú, una planta invasora que ha causado estragos en la agricultura cubana, en un producto alimenticio ha sido vista por muchos como otro de los numerosos y fallidos experimentos del gobierno. «El pueblo está cansado de tantos experimentos», expresó un residente de La Habana, reflejando el sentimiento de frustración generalizado. «Ya no saben qué inventar», añadió, en alusión a las constantes iniciativas del gobierno que, según muchos, no abordan los problemas reales que enfrenta la nación.
Otra voz de descontento señaló con sarcasmo y preocupación: «En cualquier momento nos matan con tantos inventos». Esta afirmación resalta la percepción de que las políticas y soluciones propuestas por el gobierno no solo son ineficaces, sino potencialmente peligrosas.
La visita de Lazo Hernández y sus comentarios han servido como un recordatorio de la desconexión entre las prioridades gubernamentales y las necesidades urgentes del pueblo cubano. En lugar de centrarse en soluciones sostenibles y efectivas para los problemas socioeconómicos del país, la administración parece optar por medidas que, a juicio de muchos, son más simbólicas que prácticas.
El descontento creciente refleja una fatiga acumulada por décadas de políticas que no han logrado mejorar significativamente la calidad de vida de los cubanos. Mientras tanto, la población sigue esperando respuestas concretas y efectivas que aborden sus necesidades más apremiantes.