En un clima de creciente tensión en San Miguel del Padrón, autoridades locales, acompañadas por el Grupo de Enfrentamiento de Planificación Física y miembros de la Policía Nacional Revolucionaria, han procedido a desalojar a una familia que vive en condiciones precarias tras el derrumbe parcial de su vivienda. Según reporta el grupo de Facebook La Tijera, el inmueble alberga a 13 personas, incluyendo siete menores de edad y una mujer mayor con múltiples problemas de salud.
El techo de la vivienda se encuentra en un estado crítico, con riesgo inminente de colapso, lo que ha obligado a sus ocupantes a dormir en el suelo de la única área que conserva una mínima estabilidad estructural. Entre los menores, dos sufren de asma, lo que ha complicado aún más la situación, pues las condiciones insalubres y la falta de ventilación adecuada afectan su salud.
La situación de esta familia, visibilizada a través de redes sociales, ha atraído la atención de vecinos y ciudadanos, quienes cuestionan la respuesta de las autoridades, centrada en vigilancia y control, en lugar de ofrecer una solución de vivienda segura para las personas afectadas. En lugar de recibir apoyo para superar las dificultades derivadas del derrumbe, la familia ha sido objeto de monitoreo constante por parte de agentes locales.
Una de las residentes, una joven madre embarazada con hijos pequeños, enfrenta una incertidumbre agravada por la presión del desalojo. Según vecinos, el inmueble ocupado por la familia pertenecía anteriormente a la Dirección Municipal de Comercio, y la familia ha solicitado que se les permita permanecer allí, considerando las condiciones extremas y el riesgo de no tener otra alternativa habitacional.
La situación ha generado una ola de apoyo de parte de la comunidad, que ha manifestado su preocupación por el alto nivel de precariedad habitacional en La Habana y las dificultades que muchas familias enfrentan para encontrar viviendas seguras. Los vecinos, quienes han intentado mediar con los agentes, resaltan que en medio de la crisis de vivienda, estas personas vulnerables deberían recibir apoyo en lugar de enfrentarse a desalojos forzosos. La escasez de viviendas en condiciones dignas ha puesto a numerosas familias en situaciones límite, sin opciones claras para mejorar su calidad de vida o encontrar un hogar adecuado.
Ante la falta de viviendas adecuadas, muchos en La Habana han recurrido a ocupar inmuebles abandonados o en desuso, buscando una alternativa de refugio temporal. Sin embargo, esta práctica con frecuencia se enfrenta a acciones legales que obligan a las familias a abandonar los lugares ocupados, sin alternativas claras de reubicación. La comunidad local insiste en que es esencial que las autoridades consideren medidas más humanitarias para abordar el creciente déficit habitacional y evitar situaciones de desalojo en familias vulnerables, especialmente cuando no existen opciones de realojamiento seguro.
