Vladimir Villar, una de las figuras más destacadas del entretenimiento cubano, ha dejado una marca imborrable en la televisión de la isla y, más recientemente, en el mundo de los negocios en Miami. Con una carrera que comenzó en La Habana y que ahora lo encuentra triunfando en Estados Unidos, Villar ha demostrado ser un talento versátil y perseverante.
Nacido en La Habana y criado en el municipio de La Lisa, Villar descubrió su pasión por la actuación desde muy joven. Su primera aparición en la televisión cubana fue en 1996, cuando formó parte del elenco de la telenovela El eco de las piedras, dirigida por Francisco (Paco) Anca. En este drama, interpretó a Juan Tomás, un mulato liberto que vivía una intensa historia de amor con Fe María, una joven de una familia acaudalada. Este papel le permitió destacar por su capacidad interpretativa, ganándose el reconocimiento tanto del público como de la crítica.
A lo largo de la primera década de los años 2000, Villar consolidó su carrera participando en varios proyectos de televisión y cine en Cuba. Fue el protagonista de la telenovela Al compás del son (2004), dirigida por Rolando Chiong, donde interpretó a Lino, un músico que llega a La Habana en busca de nuevas oportunidades. También brilló en películas como Las noches de Constantinopla (2001) y Bailando Chachachá (2005), mostrando su capacidad para adaptarse a diversos géneros y personajes.
En 2019, Vladimir Villar decidió dar un giro radical a su vida y emigrar a Miami, Estados Unidos. Este cambio marcó el inicio de una nueva etapa tanto en su carrera profesional como en su vida personal. En Miami conoció a Roxana Fernández, con quien contrajo matrimonio en 2021. Juntos, fundaron Ángeles Party Rental, un exitoso negocio dedicado a la organización y decoración de eventos.
A pesar de estar lejos de su tierra natal, Villar ha mantenido viva su pasión por la actuación. Ha participado en programas en línea y sigue compartiendo sus proyectos y reflexiones a través de sus redes sociales, donde mantiene un contacto cercano con su público. En una entrevista reciente, Villar sorprendió al revelar que fue un niño adoptado, lo que añadió una dimensión más emotiva y personal a su historia.
A lo largo de más de dos décadas, Vladimir Villar se ha ganado el cariño tanto de la audiencia cubana como de la comunidad cubana en el extranjero. Su historia es un ejemplo claro de superación y éxito, demostrando que, con esfuerzo y dedicación, los sueños pueden hacerse realidad, incluso en escenarios inesperados.
Hoy, Villar sigue siendo una figura influyente, inspirando a nuevas generaciones de actores y dejando claro que su legado en el mundo del entretenimiento continúa vigente.
Fuente: 11 Millones de Cubanos en Facebook