Mirtza Ocaña, una residente de Tampa, Florida, de 39 años, ha sido condenada a cinco meses de prisión federal tras ser declarada culpable de intentar ingresar de manera ilegal más de $102,000 en efectivo a los Estados Unidos desde Cuba. El caso, que ha captado la atención por la cantidad involucrada, también resultó en la imposición de una multa de $10,000 y la confiscación de los fondos contrabandeados.
La jueza de distrito Kathryn Kimball Mizelle emitió la sentencia después de que Ocaña se declarara culpable el pasado 12 de agosto. Según los documentos judiciales, el incidente ocurrió el 5 de febrero de 2024, cuando la acusada llegó a territorio estadounidense en un vuelo procedente de Cuba.
Durante el control de pasaportes en el aeropuerto, Ocaña declaró no portar bienes o dinero en efectivo superiores a los $10,000, como exige la ley estadounidense. Sin embargo, una revisión más exhaustiva reveló que transportaba $31,409 en su equipaje y cartera. Posteriormente, un cacheo físico descubrió otros $71,300 escondidos debajo de su ropa. En total, las autoridades hallaron $102,409 que intentaban ser introducidos sin declaración previa.
El caso fue investigado por la División de Investigaciones de Seguridad Nacional, mientras que el fiscal federal adjunto Michael J. Buchanan estuvo a cargo del proceso judicial.
Aunque las circunstancias específicas sobre el origen del dinero no se detallaron en la audiencia, el contrabando de cantidades significativas de efectivo entre Cuba y los Estados Unidos ha despertado preocupación por posibles actividades ilícitas, como el lavado de dinero. Este caso subraya la importancia de cumplir con las regulaciones federales al transportar bienes o dinero entre ambos países.
La condena de Ocaña envía un mensaje contundente sobre las consecuencias de violar las leyes de contrabando y declaración aduanera en los Estados Unidos, mientras las autoridades continúan trabajando para prevenir actividades ilícitas relacionadas con el tráfico de efectivo.