La visita sorpresa del presidente Miguel Díaz-Canel y el primer ministro Manuel Marrero al punto de venta No. 2 de la Empresa Agropecuaria “La Cuba”, en la provincia de Ciego de Ávila, ha desatado una ola de indignación ciudadana. Lo que se presentó como un logro de la recuperación estatal fue rápidamente desmentido por residentes locales, que al día siguiente encontraron estanterías vacías y pizarras sin productos.
Las imágenes del agromercado, ampliamente difundidas en redes sociales, mostraban un local impecable, bien abastecido y con precios notablemente bajos: malanga a 70 CUP la libra, fruta bomba a 14, limón a 65 y una variedad que incluía aguacate, mamey, maíz y ají cachucha. Un escenario que contrasta radicalmente con la cotidianidad del cubano promedio, que sufre a diario la escasez de productos frescos y el incremento de precios.
Cubadebate respondió a las críticas negando que se tratara de una puesta en escena: “Parece fake news, pero no lo es. No es teatro, es trabajo”, tituló el medio oficial en defensa de la empresa estatal. El director general de la empresa, Ariel Nieves Concepción, insistió en que La Cuba garantiza más de 1.000 cajas diarias de producción agrícola y cuenta con 4.900 hectáreas bajo un modelo de “ciclo cerrado” que asegura la producción y la comercialización directa.
Sin embargo, testimonios posteriores apuntan a una realidad menos auspiciosa. Usuarios en redes denunciaron que, apenas veinticuatro horas después de la visita presidencial, el mismo mercado estaba desabastecido. Un cliente escribió: “Fue todo un montaje. El día de la visita estaba lleno de productos, pero al siguiente ya no había ni tomates ni calabaza. Es una burla”.
La pizarra del punto de venta No. 4, captada al día siguiente, apenas mostraba cuatro productos disponibles, con las líneas restantes en blanco. Para muchos, esta escenografía temporal solo buscaba ofrecer una imagen de eficiencia inexistente para la comitiva oficial.
Frases como “nos siguen insultando la inteligencia” o “¿no hay una permuta para allá?” —en alusión a los precios inalcanzables en La Habana donde un aguacate cuesta entre 200 y 250 CUP— se han vuelto virales en las redes sociales. El sarcasmo se mezcla con la indignación ante lo que los ciudadanos consideran una manipulación informativa y una muestra más de la desconexión entre el discurso institucional y la realidad cotidiana.
En un contexto de desabastecimiento crónico, falta de transparencia en los precios y desconfianza hacia las autoridades, la polémica en torno al agromercado de Ciego de Ávila revela una fractura profunda entre la propaganda y la vida real en Cuba. Para muchos, lo visto fue menos un ejemplo de progreso que una representación efímera dirigida al lente de la cámara y no al bienestar de la población.
#CiegoDeÁvila #LaCuba #AgroCubano #Precios #AlimentosCuba #Desabastecimiento #PropagandaOficial #DíazCanel #Cuba2025