El primer ministro de Cuba, Manuel Marrero Cruz, anunció durante la sesión ordinaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular una serie de cambios significativos en la gestión de las divisas en la isla, que sugieren una dolarización parcial de la economía. La iniciativa surge como un esfuerzo por recuperar el valor del peso cubano y estabilizar la economía nacional.
El nuevo mecanismo, que revoca la Resolución 115/2020 del Ministerio de Economía y Planificación, incluye el saneamiento de las cuentas en divisas de las entidades estatales y establece esquemas cerrados de financiamiento para los exportadores. Estos cambios, según Marrero, no fueron detallados en profundidad durante su discurso.
Además, las transacciones dentro de la economía interna continuarán realizándose en pesos cubanos (CUP), excepto en zonas y entidades específicas como la Zona Especial de Desarrollo Mariel y en ciertas entidades de comercio minorista y mayorista autorizadas a operar en divisas.
Según el economista Miguel Alejandro Hayes, el objetivo detrás de estas medidas es la bancarización y el control del flujo de divisas en manos del sector privado. «Lo que se busca es instaurar un sistema cerrado de circulación de divisas, asegurando que estas terminen en los bancos», explicó Hayes a Martí Noticias.
Entre otras medidas anunciadas, se incluye el establecimiento del pago de aranceles en divisas para las importaciones del sector no estatal y la implementación gradual de cobros en divisas por servicios portuarios. Además, se permitirá el uso de efectivo en divisas en sectores y actividades específicas, como el turismo.
El primer ministro también hizo hincapié en la necesidad de abordar el mercado informal de divisas, que describió como «ilegal». Criticó duramente las influencias externas sobre la tasa de cambio, haciendo referencia a tasas publicadas por plataformas digitales independientes como El Toque, lo cual ha sido un punto de contención recurrente para el gobierno.
Marrero destacó que los nuevos cambios buscan reducir la brecha cambiaria y gestionar los desequilibrios económicos sin precipitarse hacia una nueva tasa de cambio, que podría llevar a una devaluación del peso y efectos adversos en la inflación y los salarios. «Se deben implementar varias medidas para crear condiciones adecuadas», concluyó.
Estos ajustes también apuntan a recoger el exceso de circulante del peso cubano en la economía, promover la bancarización y aumentar la recaudación tributaria y fiscal del país, en un esfuerzo por mejorar la estructura económica general de la nación.