La crisis energética de Cuba sigue agravándose, y el país carece tanto de tiempo como de recursos económicos para abordar la situación de manera urgente, según Jorge Piñón, analista del Instituto de Energía de la Universidad de Texas en Austin. El experto advirtió que 2025 será un año «extremadamente difícil» para la isla, tras un 2024 marcado por tres colapsos totales en el sistema eléctrico nacional.
Déficit de combustibles y dependencia internacional
Piñón detalló que, según datos oficiales de 2022, Cuba enfrenta un déficit diario de aproximadamente 80,000 barriles de combustibles líquidos, indispensables para el envejecido sistema de generación eléctrica del país. Aunque el consumo se ha reducido en 20,000 barriles diarios en 2024 gracias a los envíos de Venezuela y México, la dependencia energética sigue siendo crítica.
Entre enero y septiembre de 2024, México se convirtió en el principal proveedor de combustibles para Cuba, con exportaciones valoradas en 500 millones de dólares, según un informe de la petrolera estatal Pemex. Este cambio ha relegado a Venezuela, que ahora prioriza acuerdos con empresas como Chevron y Repsol, reduciendo significativamente sus envíos a la isla.
Posibles cambios con el retorno de Trump
El experto destacó que un eventual retorno de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos podría afectar la relación energética entre México y Cuba. Trump podría usar sanciones o presiones sobre México, como las relacionadas con la refinería de Pemex en Texas, para influir en el suministro de combustibles. Sin embargo, reinstaurar sanciones a la petrolera venezolana PDVSA podría beneficiar a Cuba, ya que obligaría a Caracas a priorizar los envíos hacia la isla.
Avances limitados en energías renovables
El gobierno cubano ha emprendido un programa para incrementar la cuota de energía solar en el mix energético, que actualmente representa solo el 9%. El plan incluye la construcción de 100 parques solares con una capacidad total de 2,000 megavatios para 2031. Sin embargo, Piñón calificó estos esfuerzos como insuficientes y poco realistas, señalando que alcanzar el objetivo del Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social para 2030, que contempla un 37% de energías renovables, requeriría entre 8,000 y 10,000 millones de dólares y al menos 5 a 8 años de ejecución.
El experto también subrayó que no solo se necesitan paneles solares, sino también baterías de almacenamiento y un sistema de mantenimiento adecuado, lo cual representa un desafío adicional para un país que enfrenta severas limitaciones económicas.
Escenario incierto
Con un sistema energético al límite, una economía debilitada y desafíos internacionales, el panorama para Cuba en 2025 se vislumbra complicado. Las esperanzas de una transición energética y una mayor estabilidad parecen depender de la capacidad del país para superar estas barreras financieras y estructurales.