En las calles de Guantánamo, los montones de basura se han convertido en un problema cotidiano, reflejo de una crisis generalizada de manejo de residuos que afecta a toda Cuba. En cada rincón del país, desde las ciudades más grandes hasta los pueblos más pequeños, la acumulación de desechos es alarmante, una situación que genera críticas tanto de los ciudadanos como de observadores internacionales.
A la vista de todos, los basureros se han transformado en un símbolo visible de la ineficiencia gubernamental en la gestión de residuos sólidos. Según reportes locales, las entidades encargadas de la recolección de basura, tanto públicas como privadas, no cumplen adecuadamente con sus responsabilidades, lo que contribuye a la expansión de focos de infección y la proliferación de virus. En Guantánamo, los vecinos han expresado su frustración ante la incapacidad de las autoridades para mantener las calles limpias y saludables.
«Nos sentimos olvidados», comentó uno de los residentes. «Las esquinas están llenas de basura por días, y los servicios de recolección solo aparecen de forma esporádica. Es una situación insostenible». El llamado a la comunidad y a las instituciones responsables de manejar los desechos se ha hecho más urgente, con ciudadanos proponiendo soluciones para colaborar en la limpieza de la ciudad, desde contrataciones particulares hasta la movilización de transporte empresarial para hacer frente a la crisis.
Este problema no es exclusivo de Guantánamo. En todo el país, los basureros clandestinos han comenzado a aparecer en lugares no apropiados, y los ciudadanos se ven obligados a almacenar la basura en espacios públicos debido a la falta de contenedores y el mal funcionamiento del servicio de recolección. Los vecinos critican abiertamente la falta de acción gubernamental para abordar la creciente crisis de salud pública que esto representa.
Las críticas hacia el gobierno se han intensificado en los últimos meses, con muchas voces exigiendo un cambio estructural en la manera en que se maneja el sistema de residuos en Cuba. Se argumenta que el país carece de la infraestructura adecuada para manejar el volumen de desechos que produce, y que las autoridades no han tomado medidas suficientes para mejorar las condiciones sanitarias.
¿Es posible imaginar una Cuba más limpia y organizada? Los ciudadanos piensan que sí, pero solo si las autoridades, junto con la colaboración de la comunidad, toman medidas inmediatas y efectivas para solucionar un problema que afecta tanto la salud pública como la calidad de vida de los cubanos.
La pregunta sigue en el aire: ¿se puede realmente revertir esta situación?