El Tribunal de Apelaciones de Londres ha fallado a favor del fondo de inversión CRF, otorgándole la capacidad legal para exigir a Cuba el pago de una deuda que asciende a al menos 78 millones de euros. Como alternativa, La Habana deberá negociar las condiciones de pago, lo que representa un nuevo desafío financiero para el país.
Este fallo es resultado de un caso que tiene sus raíces en préstamos adquiridos por Cuba en los años 80 a través de bancos europeos. Décadas más tarde, CRF adquirió esta deuda y buscó su cobro sin éxito hasta ahora. La decisión judicial avala las reclamaciones del fondo y descarta los argumentos legales presentados por el gobierno cubano para eludir sus obligaciones.
Aunque el monto de 78 millones es solo una fracción de los 1,200 millones de euros que Cuba adeuda a CRF, el fallo llega en un momento crítico para la economía del país. Con ingresos en divisas cada vez más escasos, una crisis profunda en el sector turístico y el endurecimiento de las sanciones económicas, la capacidad de pago de La Habana es extremadamente limitada.
Leonardo Morales, editor económico del Diario Las Américas, señaló la gravedad de la situación: “Están pidiendo 78 millones de los 1,200 millones que debe Cuba, lo cual podría considerarse una ventaja, pero el país no tiene capacidad para pagar ni siquiera 20 millones”.
La sentencia podría tener implicaciones más amplias, ya que abre la puerta a que otros acreedores sigan el ejemplo de CRF. Esto incrementaría significativamente la presión sobre la ya debilitada economía cubana. Según el economista Elías Amor, ignorar las deudas externas tiene un límite: “Esa actitud irresponsable puede durar años, pero en algún momento llega a su fin, como ha ocurrido con este juicio”.
Desde La Habana, los medios estatales han calificado a CRF como un «fondo buitre», rechazando la legitimidad de sus demandas. Sin embargo, este enfoque no parece ser suficiente para frenar el impacto del fallo.
El veredicto se suma a un contexto de creciente incertidumbre para los cubanos, quienes ya enfrentan problemas críticos como apagones frecuentes debido a las constantes fallas en la infraestructura energética. La desconexión de la central eléctrica Antonio Guiteras por 96 horas para reparaciones promete agravar la crisis eléctrica del país.
La decisión del tribunal británico no solo pone en evidencia la fragilidad económica de Cuba, sino que también crea un precedente que podría intensificar las demandas de otros acreedores. Este escenario plantea un panorama aún más complicado para un país que lucha por enfrentar múltiples crisis simultáneamente.