La crisis energética en Cuba sigue impactando a gran parte de la población, con un 32,5% de la isla afectada por apagones simultáneos, según las previsiones de la empresa estatal Unión Eléctrica (UNE) para este fin de semana. Aunque el sistema eléctrico fue restablecido tras el apagón total del pasado viernes, la situación sigue siendo inestable, especialmente en las zonas rurales y el oriente del país, donde los cortes de suministro son constantes debido a la falta de combustible y las averías en las viejas centrales termoeléctricas, muchas con más de cuatro décadas de funcionamiento.
La semana pasada, la demanda energética superó la capacidad de generación del sistema, dejando una media de afectación cercana al 30%. La situación, agravada por la crisis económica y la escasez de divisas para adquirir combustibles, ha llevado a que siete de las 20 unidades de generación en las termoeléctricas del país se encuentren inoperativas por mantenimiento o averías, mientras que 24 centrales de generación distribuida están fuera de servicio debido a la falta de diesel y fueloil.
La población del oriente cubano, además, ha sido una de las más afectadas, pues el colapso eléctrico ha coincidido con los estragos causados por la tormenta tropical Óscar, la cual dejó al menos seis fallecidos en esa región.
Ante la creciente demanda y las limitaciones de la infraestructura energética, el gobierno cubano ha arrendado en los últimos años centrales eléctricas flotantes como una medida de alivio temporal. Sin embargo, esta alternativa, además de ser costosa y contaminante, no soluciona los problemas estructurales del sistema energético, los cuales requieren de inversiones significativas y modernización de las plantas existentes.
Los continuos apagones también han repercutido en la ya debilitada economía de la isla, que sufrió una contracción del 1,9% en 2023, según datos oficiales. Además, el deterioro de los servicios básicos ha alimentado el descontento social, que se tradujo en protestas recientes en varias ciudades de la isla. Las manifestaciones por los apagones y la falta de servicios esenciales se suman a las que han tenido lugar desde 2021, entre las que destacan las de Santiago de Cuba en marzo de este año, así como las de La Habana y Nuevitas en 2022.
