El gobierno cubano, a través de un reciente comunicado en las redes sociales de la Presidencia de la República, ha anunciado un ambicioso plan de desarrollo para la implementación de energía renovable fotovoltaica en la isla. El viceministro Vicente de la O declaró que se han firmado «contratos grandes de energía renovable fotovoltaica», proyectando la generación de 2 000 megawatts de energía. De esta cifra, 1 000 megawatts se esperan concretar en el corto plazo de apenas un año y un mes, marcando un hito en la estrategia energética del país.
Este anuncio es una clara muestra de un esfuerzo por reducir la dependencia de los combustibles fósiles y enfrentar los desafíos climáticos globales. La iniciativa de energía fotovoltaica es parte de un esfuerzo más amplio para diversificar las fuentes de energía en la isla y mejorar la eficiencia y sostenibilidad del sistema energético nacional.
Sin embargo, a pesar del optimismo oficial, una parte de la población se muestra escéptica frente a estos anuncios. Ejemplo de ello es el testimonio de Aide, una ciudadana que expresa una sensación generalizada de duda: «ellos por prometer siempre están prometiendo, pero al final nada bueno sale». Este escepticismo se basa en experiencias pasadas donde las promesas de mejora en diferentes sectores no se han materializado completamente. Aide añade, «esperemos que esta vez sí funcione lo de la energía solar porque la situación es insostenible, estamos cansados».
Este plan de desarrollo llega en un momento crucial para Cuba, que enfrenta desafíos significativos en términos de suministro energético y busca maneras de asegurar un futuro energético más estable y sostenible. La implementación exitosa de este proyecto no solo contribuiría a la independencia energética de la isla sino que también representaría un paso adelante en su compromiso con la protección del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático.
La energía fotovoltaica, que convierte la luz solar directamente en electricidad, es una de las formas más limpias y abundantes de energía renovable. Su adopción por parte de Cuba podría servir como un modelo para otros países en desarrollo que buscan formas sostenibles de satisfacer sus necesidades energéticas sin comprometer el bienestar de las futuras generaciones.
📹| @VicentedelaO2: “Contratos grandes de energía renovable fotovoltaica. Con total claridad, estamos hablando de 2 000 megawatts de energía, 1 000 megawatts en el corto plazo de un año y un mes.”#DesdeLaPresidencia 🇨🇺 pic.twitter.com/4Jd0xujxQl
— Presidencia Cuba 🇨🇺 (@PresidenciaCuba) March 23, 2024