Según la agencia EFE, Cuba ha decidido aplazar la realización de su próximo censo de población hasta el año 2025 debido a una aguda crisis económica que ha mermado los recursos necesarios para llevar a cabo esta importante tarea estadística. Originalmente programado para realizarse dos años atrás, el censo es crucial para la planificación de políticas públicas y la gestión gubernamental.
En una entrevista con EFE, Juan Carlos Alfonso, vicejefe de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI), ha reconocido que la situación actual ha perjudicado significativamente a su departamento. Sin embargo, asegura que el sistema estadístico cubano mantiene «registros muy fuertes» que permiten seguir haciendo frente a las necesidades informativas del país.
El retraso en la realización del censo es atribuido no solo a la falta de recursos, sino también a lo que Alfonso describe como «agresiones externas», en clara referencia a las sanciones impuestas por Estados Unidos y los desafíos internos que enfrenta la nación. Además, la pandemia y las políticas económicas implementadas durante la administración de Donald Trump han exacerbado los problemas estructurales de la economía cubana, llevando a la nación a una situación de escasez, inflación descontrolada y frecuentes apagones.
Alfonso también destaca el deterioro de varios indicadores de bienestar, ubicando a Cuba en una posición intermedia en términos de desarrollo en América Latina. Específicamente, menciona el empeoramiento del Índice de Pobreza Multidimensional (IPM), que considera factores como educación, sanidad y nivel de vida, proporcionando un panorama más amplio de la situación actual en la isla.
Además, el vicejefe de ONEI ha abordado el tema de la desigualdad, indicando que el Coeficiente de Gini, que mide la desigualdad económica, se ha incrementado notablemente desde 1989. Alfonso sugiere que el coeficiente actual oscila entre 0.4 y 0.5, cifras que aunque no son las más altas de América Latina, sí marcan un aumento significativo respecto a décadas anteriores.
Un aspecto crítico y a menudo no reportado en las estadísticas públicas cubanas es la migración. Alfonso revela que, desde 2021, cerca de 650,000 cubanos han emigrado a los Estados Unidos y otros 100,000 a México, además de los que han partido hacia España y otros destinos. Esta ola migratoria representa un serio desafío para el país, no solo en términos de pérdida de capital humano sino también en impacto en la capacidad productiva y reproductiva de la nación.
El gobierno cubano, mientras tanto, trabaja para registrar previamente a la población este año y evaluar la viabilidad de realizar el censo en 2025, en un intento por manejar esta crisis multifacética y sus implicaciones a largo plazo para la isla.