Crisis del agua en Cuba: más de 600 000 personas afectadas mientras el gobierno no ofrece soluciones efectivas

Más de 600 000 personas en Cuba se encuentran afectadas por la crisis del abasto de agua, según reconoció José Antonio Hernández Álvarez, presidente del Grupo Empresarial de Agua y Saneamiento. A pesar de que la situación se agrava, las soluciones reales parecen distantes y las autoridades continúan ofreciendo promesas sin resultados visibles. La ineficiencia en la gestión de recursos y la falta de previsión por parte del gobierno cubano ha llevado a miles de ciudadanos a enfrentar esta escasez de un bien tan básico como el agua.

Provincias enteras como Pinar del Río, Artemisa, Santiago de Cuba, Granma, Villa Clara, Cienfuegos y Holguín cuentan con más de 30 000 clientes sin servicio, mientras que en La Habana la cifra supera los 130 000. A pesar de los reiterados discursos oficiales que intentan justificar la situación con problemas en el Sistema Electroenergético Nacional (SEN) y averías en los equipos de bombeo, la realidad es que la infraestructura del país está obsoleta y las reparaciones llegan tarde, si es que llegan.

Las explicaciones oficiales insisten en culpar a los apagones y a la inestabilidad eléctrica del país, como si esto fuera una novedad. Sin embargo, las afectaciones a la red de agua potable en Cuba no son producto de un evento reciente, sino de décadas de desatención y falta de inversión en los sistemas hidráulicos. Los constantes arranques y paradas bruscas de los equipos de bombeo, provocados por los cortes de electricidad, agravan la situación, pero son solo un síntoma de una gestión deficiente y un sistema colapsado.

Los arranques y las paradas bruscas producen averías colaterales como fallas en las conductoras. Foto: Juvenal Balán

En La Habana, los habitantes de municipios como Plaza de la Revolución, Centro Habana, Habana Vieja, Diez de Octubre y Boyeros han visto cómo la situación empeora continuamente. Aunque las autoridades aseguran que han logrado poner en marcha 16 de los 19 equipos necesarios en la Cuenca Sur, el suministro de agua sigue siendo irregular y las averías en otras zonas de la ciudad continúan afectando a miles de personas.

El oeste de la capital, incluyendo municipios como Marianao y Playa, también enfrenta graves problemas, con varios equipos fuera de servicio. En otras provincias, como Villa Clara y Holguín, los problemas persisten sin soluciones a la vista, a pesar de las promesas de reparación.

Mientras tanto, el gobierno cubano sigue lanzando promesas vacías, afirmando que se está trabajando sin descanso, incluso los fines de semana, para resolver la crisis. Sin embargo, la realidad es que las soluciones ofrecidas son insuficientes y las acciones se limitan a parches temporales. El acceso al agua potable, un derecho básico, sigue siendo un lujo para miles de cubanos que deben soportar largas horas sin servicio, dependiendo de cisternas o fuentes improvisadas para obtener agua.

En lugar de ofrecer soluciones de largo plazo, el gobierno ha optado por una estrategia de contención que no ataca el problema de raíz. La falta de inversión en infraestructuras y el mal manejo de los recursos financieros están llevando al colapso de un sistema ya de por sí frágil.

Mientras las autoridades aseguran que «la población puede tener tranquilidad», la realidad en las calles es otra: la gente espera horas por agua, los apagones continúan afectando los equipos de bombeo, y las soluciones prometidas parecen cada vez más lejanas. En un país donde los recursos básicos escasean y la vida diaria es una lucha constante, el acceso al agua potable debería ser una prioridad, pero el gobierno cubano sigue demostrando su incapacidad para gestionar las necesidades más urgentes de su pueblo.

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