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Crisis de Basura en Cuba: Ciudadanos Exigen Soluciones Urgentes

LA HABANA, Cuba — La persistente crisis de la basura en La Habana, que ha plagado a la capital cubana durante años, ahora se está extendiendo a otras partes de la isla, provocando un creciente descontento entre los ciudadanos y urgentes llamados por soluciones efectivas. La acumulación de desechos, visible en las calles, parques y áreas residenciales, ha exacerbado los problemas de salud pública y ha atraído la atención tanto de las autoridades locales como de la población general que exige acciones inmediatas.

En los últimos meses, residentes de varias provincias cubanas han reportado un incremento significativo en la acumulación de basura, un problema que hasta hace poco parecía circunscrito principalmente a La Habana. En ciudades como Santiago de Cuba, Camagüey y Santa Clara, montañas de desechos se amontonan en las esquinas, creando focos insalubres y afectando la calidad de vida de los habitantes.

«La situación es insostenible, no solo por el olor y la mala imagen, sino porque la basura acumulada se convierte en un caldo de cultivo para ratas y mosquitos que pueden transmitir enfermedades», explica Maritza Lugo, una residente de La Habana. Esta problemática se ha agravado por la insuficiencia de recursos municipales, camiones de basura obsoletos y una frecuencia de recolección inadecuada que no logra mantener el ritmo con la generación de desechos de la población.

Las quejas de la población han resonado en las redes sociales, donde los cubanos expresan su frustración y piden a las autoridades que prioricen la solución a este problema. En respuesta a la presión pública, el gobierno ha lanzado varias iniciativas para abordar la crisis, incluyendo programas de reciclaje y la adquisición de nuevos equipos de recolección. Sin embargo, estos esfuerzos han tenido un impacto limitado hasta el momento.

«Se han hecho promesas, se han iniciado proyectos, pero la realidad es que vemos muy poco cambio en nuestras calles», señala Tomás Fernández, otro habitante de La Habana. «Necesitamos una solución que no solo sea inmediata, sino también sostenible a largo plazo.»

El problema de la basura en Cuba también está ligado a desafíos económicos más amplios que enfrenta el país, incluyendo la escasez de combustible que afecta la frecuencia de recolección y la falta de inversión en infraestructura crítica. Estos factores complican aún más la capacidad del gobierno para implementar soluciones efectivas y duraderas.

Expertos en salud pública advierten que la acumulación de basura no solo deteriora el ambiente urbano sino que también representa un riesgo serio para la salud pública, particularmente para los niños y los ancianos. Enfermedades como el dengue y el zika, transmitidas por mosquitos que proliferan en áreas sucias y estancadas, son una preocupación constante.

Mientras tanto, la población cubana continúa exigiendo que se tomen medidas más efectivas. «Queremos vivir en un ambiente limpio y seguro. Es fundamental que el gobierno actúe no solo como un gestor, sino como un garante de nuestra salud y bienestar», concluye Fernández. La crisis de la basura en Cuba, por lo tanto, se ha convertido en un símbolo palpable de la necesidad de reformas profundas en la gestión municipal y de políticas públicas más responsables y efectivas.

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