Confirman la expansión global de un gen que vuelve resistentes a los antibióticos a bacterias peligrosas

Un grupo internacional de investigadores ha confirmado la expansión del gen npmA2, una secuencia genética capaz de hacer que ciertas bacterias sean completamente resistentes a los aminoglucósidos, un grupo de antibióticos esenciales en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI). El hallazgo fue publicado en la revista Nature Communications y advierte sobre un fenómeno creciente que afecta a humanos, animales y el medioambiente en varios continentes.

El estudio, liderado por el catedrático Bruno González-Zorn de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), se basó en el análisis de casi dos millones de muestras bacterianas recogidas en países como Alemania, Francia, Reino Unido, China, Australia y Estados Unidos. Los investigadores concluyen que el gen npmA2, inicialmente detectado en 2003 en Escherichia coli en una UCI de Japón, ha logrado saltar de una especie bacteriana a otra, colonizando también cepas como Clostridioides difficile y Enterococcus faecium.

Este tipo de resistencia representa un riesgo mayor en entornos hospitalarios, donde los aminoglucósidos son utilizados como recurso terapéutico de última línea cuando otros antibióticos no surten efecto. La expansión de npmA2 podría, por tanto, comprometer la eficacia de los tratamientos actuales frente a infecciones graves, según advierten los expertos.

El estudio documenta cómo este gen actúa como una suerte de «pasaporte genético», moviéndose silenciosamente entre especies bacterianas e incluso entre continentes. En un caso reciente en Países Bajos, se detectó una epidemia de infecciones intestinales causada por una bacteria con npmA2. Al secuenciarla, se comprobó que había desarrollado resistencia completa al tratamiento con aminoglucósidos, lo que limitó las opciones terapéuticas.

Uno de los coautores, Carlos Serna, advierte que la presencia de este gen convierte ciertas infecciones en prácticamente incurables. Además, la mayoría de las bacterias que albergan npmA2 ya presentan otras formas de resistencia, lo que incrementa el riesgo de infecciones generalizadas y letales.

La investigación sitúa este fenómeno dentro de lo que los especialistas denominan una “pandemia silenciosa”. Según datos de Naciones Unidas, la resistencia a los antibióticos causa anualmente más de 1,2 millones de muertes en el mundo, de las cuales alrededor de 20.000 se producen en España, una cifra notablemente superior a la de fallecimientos por accidentes de tráfico.

Entre las causas se destaca el uso indiscriminado de antibióticos en humanos y animales, así como la falta de desarrollo de nuevos fármacos. Desde hace tres décadas no se ha introducido una nueva familia de antibióticos, en parte debido a la baja rentabilidad económica que este tipo de medicamentos representa para la industria farmacéutica.

Ante este escenario, los autores del estudio reclaman medidas urgentes: promover campañas de vacunación, evitar la automedicación, mejorar el control en el uso de antibióticos, tanto en humanos como en el sector agropecuario, y reforzar la higiene básica, como el lavado de manos.

“El tiempo juega en contra. Si no se actúa ya, podríamos enfrentarnos a un futuro en el que una simple infección vuelva a ser mortal”, advirtió González-Zorn, quien llamó a reforzar la cooperación internacional y el desarrollo de nuevas estrategias de prevención y tratamiento.

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