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Comunidad de Sancti Spíritus se une para salvar a un maestro querido

Sancti Spíritus, Cuba – En un gesto conmovedor de solidaridad y afecto, alumnos, padres y personal médico se unieron para salvar la vida del maestro Ramón Rodríguez Pérez, quien padecía de una enfermedad renal compleja desde hace cinco años. La historia, que inició con la tierna súplica de una niña de diez años, culminó en una serie de exitosas intervenciones quirúrgicas que devolvieron la salud y la esperanza al dedicado pedagogo.

Gabriela Pérez González, alumna del maestro Ramón, fue quien primero dio el paso decisivo. Preocupada por la salud de su querido maestro, se acercó al médico Javier Enrique García Cordero, vecino de la familia, y le pidió que interviniera para salvarlo. «Doctor, opere a mi maestro porque está muy enfermo. Va a las clases con una manguera colgándole de la espalda. Sálvelo, él es muy bueno», suplicó la pequeña Gabriela.

Este llamamiento tocó el corazón del doctor Javier, quien se comprometió a asumir el caso personalmente. Con el apoyo de un equipo multidisciplinario del Servicio de Urología del Hospital Provincial General Camilo Cienfuegos, se realizaron tres cirugías endoscópicas mínimamente invasivas que lograron restaurar la función renal del maestro.

Desde septiembre de 2023, cuando se hizo público el estado de salud del maestro Ramón, hasta las cirugías en octubre, la comunidad escolar se volcó en apoyo. Los padres de los alumnos, muchos de ellos trabajadores del sector de la salud, organizaron una campaña para recolectar los insumos necesarios para las intervenciones. «Creamos un grupo en WhatsApp y recopilamos todos los insumos que hacían falta para la cirugía, desde las suturas, las jeringuillas, los guantes, todo. Algunos los compramos, otros fueron donados», explicó Maidelys Lorenzo, madre de una alumna.

El maestro Ramón, conocido por su dedicación y compromiso, nunca dejó de asistir a clases a pesar de su enfermedad. Viajaba diariamente desde La Esperanza hasta la ciudad capital, demostrando un compromiso con sus estudiantes. «Ni enfermo he dejado de estar pendiente de mis alumnos; como decimos, soy un machaca, machaca con los contenidos. Lo más importante es que aprendan y aprendan bien», reconoció Ramón.

 

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