Según una investigación publicada por La Tijera News, el enclave de Cayo Saetía, en la bahía de Nipe (Holguín), se ha consolidado como un espacio reservado para la élite del poder en Cuba, inaccesible incluso para altos dirigentes ajenos al círculo familiar de los Castro.
Este paraíso natural de más de 40 kilómetros cuadrados ha sido transformado en un destino de caza y descanso privado, con fauna exótica como cebras, búfalos, venados y avestruces, introducidos especialmente para los safaris. A su alrededor se levantan mansiones y villas de lujo, rodeadas de playas vírgenes que no están abiertas al público.
De acuerdo con la investigación, el control del cayo recae en instalaciones manejadas por el Grupo Gaviota, con un fuerte despliegue de abastecimiento y seguridad cada vez que Raúl Castro y sus allegados lo visitan. Durante esas estancias, se movilizan camiones cargados de alimentos, combustibles y bienes de consumo, se cierran accesos y se limitan actividades de pescadores y visitantes en la zona.
La publicación también menciona prácticas de corrupción y saqueo por parte de directivos y empleados de confianza, quienes, a cambio de mantener la discreción, reciben vacaciones en destinos turísticos, automóviles y electrodomésticos.
La exclusividad de este enclave contrasta fuertemente con la realidad de la mayoría de la población cubana, marcada por apagones frecuentes, dificultades para acceder a alimentos básicos y un nivel de vida alejado de los lujos que se disfrutan en Cayo Saetía.
Este lugar, descrito como “el paraíso secreto de los Castro”, se convierte así en un símbolo de desigualdad y privilegios, donde la abundancia de recursos destinados a un grupo reducido resalta aún más frente a las carencias cotidianas que enfrentan millones de cubanos.
Fuente: La Tijera News
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